Cuando escribí un post sobre la infidelidad (lo podéis recordar pinchando aquí) hubo una parte que se me quedó en el tintero y no quiero dejarlo escapar ya que es algo que pasa mucho: la culpa de la persona que ha sido infiel.
Siempre que hablamos de infidelidad tendemos a pensar en la persona «traicionada» pero pocas veces nos paramos a pensar en ese monstruillo que es la culpa que se queda con la persona que lo hace y la verdad es que es muy común.
Esta culpa se acentúa más cuando, la persona que ha cometido la infidelidad, se ha sincerado y ha sido perdonada.
Mucha gente pensará “¡si te han perdonado no le des más vueltas!” pero la realidad es que es en momentos como esos en los que la culpa sigue ahí y aparecen sentimientos del tipo “no me lo merezco”, “¿por qué lo hice?” y el miedo a que se vuelva a repetir. Si, ya se que se suele pensar que ese miedo tendría que ser del que lo ha “sufrido” y no del que lo ha hecho, pero el miedo es libre y en una pareja ninguno de los miembros tiene la exclusividad del dolor.
¿Qué hay que hacer en estos casos?
PERDÓNATE
Si tu pareja lo ha hecho ¿por qué no puedes tú?. Piensa que somos humanos y como tales cometemos errores pero también aciertos y no tenemos que dejar que lo primero empañe lo segundo…
QUÍERETE
Muchos arquearéis una ceja y pensando que me he vuelto loca, que el que se ha llevado el “golpetazo” en la autoestima es el otro, pero esto no es completamente cierto ya que muchas veces cuando traicionamos a alguien también, en cierta manera, nos estamos traicionando a nosotrxs mismxs y eso lleva a una sensación de “no me conozco” o hasta un “soy lo peor de este mundo”. Porque, si hay alguien en este mundo que puede ser realmente cruel contigo, ese eres tú… pero, como todo, también está el otro lado de la moneda: si hay alguien que puede llegar a ser realmente buenx contigo también eres tú. Así que tu decides: ¿cara o cruz?
APRENDE A COMUNICARTE DE MANERA EFECTIVA Y AFECTIVA CON TU PAREJA
Ya que, esa sensación de «le debo algo», nos hace hacer todo lo que quiera el otro, decir que si a todo y, en el fondo, intentar hacerle ver que somos merecedores de su perdón y eso puede ser un error ya que dejamos de ser nosotrxs mismxs, lo que hace que se enrarezca todo.
DILO EN VOZ ALTA
No, no es necesario que alces la voz ni que lo vayas pregonando por tu vecindario pero el mero hecho de contárselo a alguien también puede ayudar y mucho. Por un lado porque hay cosas que hasta que no las decimos parecen que no fuesen del todo real y por otro lado porque a veces cuesta ver las cosas como realmente son cuando se está en ese bucle que es la culpa.
CONVIÉRTETE EN TU PROPIO SHERLOCK HOLMES
Hazte preguntas, analiza lo que pasó, encuentra el motivo, el desencadenante,… aquí encontrarás el quid de la cuestión. Y antes de todo esto: toma aire y prepárate que este viaje a veces trae sorpresas.
Y si ves que no eres capaz de hacerlo por ti mismx, si ves que necesitas ayuda, una guía o no sabes como afrontarlo y te interesa empezar una terapia no dudes en contactar conmigo a través del e-mail a marta@destinoplacer.es 🙂
Etiquetas: comunicación, culpa, infidelidad, terapia de pareja, traición