Sex and food

Sex and food

Ilustración de Patricia Corrales Acabo de darme cuenta que, al irme de vacaciones, no os enlacé el artículo que escribí en Agosto en Proyecto Kahlo con lo jugosillo que era, ya que en él hablo de sexo y comida. ¿Os gusta ese binomio? En el artículo encontraréis ideas desde las típicas como la nata hasta los caramelos mentolados… si, no me miréis así, ¿no habéis jugado nunca con uno de ellos? pues no dejéis de hacerlo! Pinchando aquí podéis leerlo. Un besito y ya sabéis que en la cama no está mal visto comer con las manos...
Para pensar…

Para pensar…

Imagen: fuente Siempre he sido muy de metáforas, la verdad, todos los que me conozcan (tanto en ámbito personal como profesional) saben que soy muy dada a ellas. Me son útiles, fáciles de ver y, sobre todo, fáciles de hacer ver a los demás. Por eso también me gustan los cuentos que hacen pensar, las típicas enseñanzas que se leen con dos de pipas pero que te hacen que te plantees las cosas. Por eso os traigo hoy dos historias que siempre me han gustado mucho, ambas sobre la actitud que tomamos ante la vida y como enfocamos los problemas. Espero que os gusten! 🙂 El padre y la hija: «Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir. Sin decir palabra.  La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.  Mirando a su hija le dijo: «Querida, ¿Qué ves?»; «Zanahorias, huevos y café» fue su respuesta. La hizo...
Ya estoy aquiiiii

Ya estoy aquiiiii

Buenas!!! ¿me habéis echado algo de menos este verano? porque yo si…a vosotros, no a mi… ¿o es al revés? 😛 Ya es oficial, ya he dejado atrás la vagancia veraniega (ayuda un poco que no estemos a 35º todo el rato #madremiaquecaló) y ya estoy de vuelta y con muchas novedades. Poco a poco Destino: Placer está evolucionando y está cambiando -los que me seguís en Facebook ya conoceréis el nuevo logo-, en breve estrenaré dominio -adiós blogger de mi corasón- y podréis disfrutar de una web bonita, preciosa, hecha con mimo y… ¿qué voy a decir yo? Mientras se ultiman los detalles y se prepara la mudanza seguiré por aquí escribiendo de nuevo que tengo muchas ganas de compartir muchos temas con vosotros!! Así que aprovecho a mandaros un beso gordo y nos leemos en breve...
Con el corazón roto

Con el corazón roto

Collage de Maite Este mes en Proyecto Kahlo hablamos de rupturas y por eso me he lanzado a escribir sobre las rupturas amorosas, porque a casi todos nos han dejado y hemos dejado y, a veces, esos momentos se hacen un poco cuesta arriba. Por eso este artículo va dedicado a todos los corazones rotos. Espero que os guste, lo podéis leer pinchando aquí. Un besito! PD: Podéis seguir a Maite y ver todos sus collage aquí, en su página de Facebook...
¿Eyaculación precoz?

¿Eyaculación precoz?

Imagen: La persistencia de la memoria (Salvador Dalí) Antes de nada, he de decir que no estoy de acuerdo con el término «eyaculación precoz» (de ahí que vaya a tacharlo cada vez que lo escriba) porque, de esta forma, estamos marcando un tiempo reglamentario para que se desencadene la eyaculación y no lo hay. Un mismo tiempo para una persona puede resultar muy corto y para otra no, va en función de como se viva y si se define o no como un problema. De hecho, muchos de los hombres que afirman ser eyaculadores precoces, lo hacen únicamente porque así se lo ha reflejado su pareja, dejando de contar el tiempo por la satisfacción que les genera y pasando a estar marcado por una persona ajena, cosa que, si nos paramos a pensar, es ilógica… es como si llego y le digo a mi pareja «es que me gustaría que tus estornudos fuesen más largos»…ejem, claro. Durante mucho tiempo, la mujer «no tuvo» sexualidad, eso era cosas de hombres que eran los que podían disfrutar de ella, para la mujer era un medio para procrear, nada más. Tras la segunda guerra mundial surgió la píldora anticonceptiva de la mano del movimiento femenino, exigiendo las mujeres que fueran contadas por igual, que una mujer puede ser libre sexualmente sin buscar como fin la reproducción y Masters & Johnson dan luz a todo este tema descubriendo que la mujer tiene orgasmo al igual que el hombre, en su día un gran notición. Y os estaréis preguntando ¿pero esto que tiene que ver con el tema tratado? Pues mucho, porque el problema...

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