El doble check

Voy en el tren y veo como dos chicas se sientan delante de mi. Hablan entre ellas sin quitar la mirada de las pantallas de sus móviles y una le cuenta a la otra que ha dejado de hablar con X porque no le contestó al whatsapp… «lo leyó, vi que estuvo conectada hasta una hora después y aún así no me respondió»  a lo que la otra asiente con toda normalidad mientras los pelillos de mi cuerpo se me erizan de miedo, ¿en serio hemos llegado a esto? Ya no voy a entrar en el fabuloso mundo del «perdona, he venido a tomar un café contigo, no a ver como miras tu móvil» que todos hemos vivido ya que hay personas a las que parece que su móvil les ha poseído y no pueden ni tomarse una caña ni ir al baño sin avisarlo antes, durante y después en las redes sociales. No, no, no… no voy a entrar en eso. Ya sabéis el tema de moda los últimos meses, el famoso «doble check» del whatsapp (algo que también podéis encontrar en otras aplicaciones como el Messenger de Facebook o Telegram) que indica que la persona no sólo ha recibido tu mensaje sino que lo ha leído. Hasta ahí todo bien, ¿verdad? Es útil, yo te mando un mensaje y me confirman que lo has recibido y leído que es mi propósito, no le veo el problema… ¿o si? Y es que ese poder «Orwelliano», el saber si alguien está conectado o no, la ultima vez que lo hizo, si ha leído tu mensaje o no, si pasa de contestarte, puede acarrear muchos problemas en todos los entornos ya que es un arma de...

15 consejos para sentirte mejor

1. ¡Música! Todos tenéis en la recámara esas canciones/grupos que te motivan, te dan buen rollo, las que, sin quererlo, hacen que tu cuerpo se mueva a su son. ¿Por qué siempre que estamos un poco bajos de ánimo tiramos de canciones lentas y melancólicas? una actitud un poco masoquista, ¿verdad? ¿Mi consejo? créate una lista de reproducción (o CD o derivados) de canciones que te gusten, que suelas disfrutar cuando estés alegre, que hagan que salga en ti el Pavarotti de la ducha y vívelas, disfrútalas, báilalas y cántalas, verás como te hace sentir mejor. 2. Planea hacer algo… ¡y hazlo! Cuantas veces se quedan cosas en el tintero, «no, si me apetecía quedar con X para tomar algo pero…», «iba a hacer un curso de eso pero…», «había pensado decirle aquello pero…»… ¡basta de peros y de peras! Si hay algo que te apetezca hacerlo, hazlo y disfrútalo, no busques excusas, no dejes que la rutina o la vagancia te puedan y regálate muchísimos momentos de estos. Puedes planear algo excitante, que te apetezca mucho hacer y ya sólo con el proceso te sentirás mejor. 3. Prueba algo nuevo. Muchas veces no salimos del ABC de nuestra vida o del sota-caballo-rey…injusto, será por letras en el alfabeto y cartas en la baraja, prueba a hacer cosas nuevas y rompe con tu rutina. 4. Utiliza tu cuerpo. ¿Sabes que pasa si empiezas a mover una pierna de manera rápida y continua? qué al final te pones nerviosa/o, te aceleras, haces que tu cuerpo te cree esa sensación de intranquilidad…lo bueno es que al revés también funciona, ¿estás con...
¿Qué te pasa? Nada…

¿Qué te pasa? Nada…

¿Cuántas veces le habéis preguntado a vuestra pareja “¿qué te pasa”? ¿y cuantas cuantísimas de esas veces la respuesta ha sido “nada”? pero un “nada” que de nada tiene nada, un nada cargado de “tú deberías saberlo”… y la pregunta es ¿deberías? La respuesta está clara: no. Existen muchas distorsiones cognitivas y todos hemos cometido alguna o muchas. Unas de las que más surgen en terapia son: Adivinación del pensamiento: predecimos o profetizamos el resultado de un evento antes de que ocurra. Por ejemplo: “Un día conocerá a otra persona y me dejará”  Lectura del pensamiento: presuponer o adivinar las intenciones, actitudes o pensamientos de otros, como si fuésemos auténticos telépatas. Por ejemplo: “Ya no le gusto, no se divierte conmigo” Como veis las dos son bastante similares y, lo único que hacen, es presuponer que todos tenemos un sexto sentido por el que inferimos las cosas. ¿A qué nos lleva esto? a 2 cosas: 1. Cuando somos nosotros los que adivinamos: Ponemos en la actitud de nuestra pareja los pensamientos que nosotros queremos. Por ejemplo, vemos a nuestra pareja en el sofá leyendo y le preguntamos “¿salimos a dar una vuelta?” y su respuesta es “la verdad es que ahora no me apetece”. Hasta aquí bien, ¿verdad? pero se puede dar el caso en el que la persona que ha hecho la sugerencia se plantee pensamientos tipo “está enfadado y por eso no quiere”, “he debido hacer algo que le ha molestado”, “está apático”, “ya no es feliz conmigo” etc. Acabamos de ver como de una única respuesta nos hemos lanzado a añadirle una serie de cargas emocionales que, no sólo no sabemos si tiene,...
A veces tengo miedo a no ser suficiente…

A veces tengo miedo a no ser suficiente…

Ilustración de Javitxuela Este mes en Proyecto Kahlo no se puede decir que colabore con un artículo como tal, podríamos decir que colaboro con un escrito, un pensamiento… Y es que os tengo que reconocer que, además de adorar mi trabajo, muchas veces la gente que acude a terapia me inspira, empatizo y, cuando llego a casa, lo plasmo, desde su punto de vista, con sus sentimientos pero poniendo también de mi cosecha porque, al fin y al cabo, cada uno tenemos vidas totalmente diferentes y habrá muchas cosas que unos hayan vivido y otros no pero, aunque sea con pinceladas, todos hemos estado ahí. Bueno, no me enrollo, podéis leerlo pinchando aquí, ya me diréis si os gusta… que si es así me animo a publicar otros 😉 ¡Besitos a todxs! PD: La ilustración es de Javitxuela que, si no le seguís en Facebook ya estáis tardando porque es un fuera de serie! Podéis hacerlo...
Píldoras azules

Píldoras azules

Son muchos los filósofos que han afirmado aquello de «la ignorancia da la felicidad» pero a veces me planteo que la ignorancia, más que felicidad, puede generar miedo, rechazo y hacernos totalmente infelices. Hoy en día la información a la que tenemos acceso sobre enfermedades es mucha pero ¿sabemos realmente comportarnos ante ellas? ¿Qué os pasaría por la cabeza si os dijesen que sois seropositivos? ¿Cómo resonarían en vuestra cabeza siglas como VIH o SIDA? ¿Cambiarías de actitud con vuestro mejor amigo, por ejemplo, si éste lo tuviese? ¿Y si os enamoraseis de una persona que lo padece? ¿Cómo sería vuestra vida? ¿Y vuestras relaciones sexuales? ¿Pasaríais a vivir en modo astronauta tras una escafandra? ¿Tendríais miedo de usar los mismos cubiertos? Y es que, muchas veces, la ignorancia puede hacer que rechacemos y, por ende, alienemos a ciertas personas… Por eso ME HA ENCANTADO «Píldoras azules», un cómic en el que Frederik Peeters nos da su visión más personal, comparte con nosotros sus miedos, los fantasmas a los que se enfrenta cuando se enamora de Cati, una mujer seropositiva con un hijo que también lo es.     Una novela gráfica que os transportará a una historia de amor genial con la que, además, podréis aprender muchas cosas… porque es tan fácil contagiarte como encontrar un rinoceronte por la calle pero, a veces, el circo pasa por tu ciudad.   Por cierto, me compré la última edición de Astiberri del 2015 que tiene ocho nuevas páginas. Es la que os recomiendo porque así podréis ver que fue de los personajes años más tarde, merece la pena....

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