Sexo, la revolución

En 2008, bajo el título «Sex: the revolution», surgió un documental que cuenta la historia del origen de la revolución sexual en Estados Unidos y consta de 4 episodios, cuya duración rondan los 40 minutos aproximadamente. Recientemente se ha emitido en el Canal Odisea y este Martes 31, a las 23:00 hrs, tenéis la posibilidad de ver el último episodio, ya que los 3 primeros de momento no aparecen programados para volver a emitirse. Aquí en España no ha salido a la venta, aunque quien tenga acceso al mercado americano lo podría adquirir en DVD y quien no, a través de la red puede encontrarlo. En este documental hablan de una época en la que se intentaba el cambio, en la que la mujer luchaba por sus derechos, los homosexuales manifestaban su orientación sexual y se intentaba que los tabúes desapareciesen. Durante estos 4 episodios podremos ver como estos cambios hacían respirar aires de libertad a unos, mientras otros se sentían amenazados en la comodidad de su represión e intentaban promover una contra-revolución, ya que no olvidemos que hablamos de U.S.A., un país con esa doble moral que no deja de ser transparente en cuanto al uso del sexo como reclamo, mientras lo tachan de pecaminoso y se avergüenzan de ello por otro lado. El documental muestra imágenes de archivo y entrevistas exclusivas a la gente que promovió el cambio, a los que crearon arte sobre ello (escritores, cineastas, músicos, etc.) o, simplemente, a los que la vivieron. Los episodios llevan por título «Resérvate para el matrimonio», «El big bang», «Haz lo tuyo» y «Amor mancillado» e iré comentándolos...

Sexsomnio

Al hablar ayer del Sonambulismo se me quedó una cosa en el tintero: el Sexsomnio, también conocido como Sexo Dormido, Sleepsex o Sexambulismo, que consiste en practicar sexo, en solitario o en pareja, estando dormido. Este término es relativamente nuevo, ya que el primer estudio se hizo en 1996 en la Clínica del Sueño y Alerta del Toronto Western Hospital, en Canadá. (Dr. Colin M. Shapiro, Dr. Nikola N. Trajanovic y Dr. J. Paul Fedoroff) El sexsomnio se incluiría dentro de las Parasomnias (comportamientos o hechos fisiológicos anormales que ocurren durante el sueño o en las transiciones sueño-vigilia) al igual que el Sonambulismo, el Insomnio, los Terrores Nocturnos, etc. pero, al contrario que el sonambulismo, el Sexsomnio parece que se daría durante la fase REM del sueño, es decir, en el momento en el que estamos soñando. El sexsomne es capaz de tener una relación sexual, es capaz incluso de alcanzar el orgasmo, pero al despertarse no recordará nada de ello. Si no se practica en solitario, evidentemente la otra persona es consciente de ello, pero muchas parejas de sexámbulos han afirmado no haberse dado cuenta de que el otro estaba dormido hasta transcurridas un par de ocasiones. Hay sexsomnes que lo viven bien mientras que para otros puede ser molesto y embarazoso, porque pongámonos en el lugar de aquel sexámbulo que comparta habitación, por ejemplo, con un desconocido, un amigo, etc. No es plato de buen gusto encontrarte junto con las tostadas del desayuno un reproche por parte de tu amigo o una frase desconcertante como «sobre lo que pasó anoche…» y esperar a verlas venir porque no se...
Yo mi me conmigo

Yo mi me conmigo

Parece que el que un hombre se masturbe se ve como algo normal a día de hoy, de hecho se da por hecho hasta tal punto que si uno niega practicar tal acto no se le suele creer o se piensa que es «raro». La cosa cambia cuando hablamos de las mujeres, no sólo no parece normalizado sino que se ve mal, muy mal. Muchas mujeres niegan practicarlo, aunque sea mentira, porque parece que practicar el autoerotismo te convierte en una «guarra» y vas a ir al infierno. Si es así chicas, ahí os espero. Respecto a este tema te encuentras con millones de mitos: El primero y más obvio: «las mujeres no se masturban». FALSO. Si que lo hacen, unas de forma natural como la que se mesa el pelo o se rasca la espalda en un momento dado y otras con un 2×1 en sentimiento de culpa. «Masturbarse puede ocasionar problemas sexuales en el futuro». FALSO. El que te toques no sólo no te va a llevar a tener problemas sino que te va a ayudar a disfrutar más de tus relaciones sexuales. Así como una persona va a tener un relación de pareja más sana cuando sabe estar sola y no «necesita» al otro, del mismo modo, una persona que sabe divertirse con su cuerpo y lo conoce bien, va a disfrutar más cuando lo comparta con otra. Saber lo que le gusta, lo que no, de que forma consigue el orgasmo, etc. De hecho, en casos de Anorgasmia (mujeres que no logran alcanzar el orgasmo) es de lo primero que recomendamos en terapia sexual. «Masturbarse...

¿El tamaño importa?

Tema peliagudo a tratar ya que muchos hombres se sienten intimidados por su respuesta pero, en realidad, ¿el tamaño importa?. Gracias a vuestros votos, en la encuesta realizada a lo largo de esta última semana, podemos ver como un 31% considera que SI importa, contra un 47% que dice que el tamaño NO tiene importancia. El 21% restante ha querido ser más cauteloso y asume que no lo sabe o que prefiere no contestar. Lo que me gustaría saber a mi, es que cantidad de votos han sido emitidos por mujeres y cuales por hombres. El tamaño SI importa, siempre y cuando estemos haciendo referencia a una relación sexual coital o anal, está claro. En las relaciones sexuales en las que no intervenga, evidentemente, no tiene ningún tipo de importancia, salvo la que ya cada uno quiera darle. Parece que la virilidad del hombre se ha medido siempre en función del tamaño de su miembro, cosa absurda, al igual que una mujer no va a ser más mujer por tener los pechos más abultados o el clítoris de mayor tamaño. Dejemos a un lado la demagogia, el querer ser políticamente correctos, basta ya de repetir que lo único importante es «cómo se mueva» (sin quitarle la importancia a todo esto)…el tamaño del pene, sea muy grande o muy pequeño, va a afectar tanto para bien como para mal. En una relación sexual coital: Dejando a un lado el clítoris, la mayor concentración de terminaciones nerviosas en una mujer, estarían concentradas en la entrada de la vagina. Por este motivo, el que el pene sea largo o corto no tiene...

Existe vida más allá del coito

Por mucho que sepamos que una relación sexual implica algo más que un coito e, incluso, puede darse sin la existencia de éste, es muy común que la gente entienda que «mantener relaciones sexuales» se limita a eso, porque vivimos en una sociedad muy coitocéntrica en la que parece que esa es la única medida válida y que ser virgen o no -según su idea de virginidad- es un estigma que hay que arrastrar a las espaldas. Estamos acostumbrados a escuchar a la gente hablar de juegos preliminares. Ahí lo tenéis, preliminar, el preámbulo a algo, como si esos juegos fuesen el telonero del grupo al que hemos ido a escuchar. Eso lo único que hace es centrar la relación en el coito, poner toda la presión en él. Podemos besarnos de manera apasionada, tocarnos, acariciarnos, excitarnos, practicar sexo oral pero parece que todo ello sólo es la mecha para que se dispare el gran cohete: el coito. Tendríamos que considerar una relación coital por lo que realmente es, una práctica sexual más, no un fin, quitarle la importancia que se le ha dado y entender que muchas veces otras prácticas son incluso más íntimas que esa. Al poner al coito en un pedestal lo único que estamos haciendo es relativizar la importancia del resto y, sin embargo, nos encontramos con millones de problemas por culpa precisamente de ello. En el caso de las mujeres, tras millones de encuestas repetidas hasta la saciedad, hemos visto como muchas de ellas afirman que prefieren los juegos que tienen antes, que el coito en sí. Al mismo tiempo, por consulta aparecen muchísimos hombres con...

La «píldora» masculina 2

Planteando la posibilidad de que la píldora masculina se convirtiese realmente en una pastilla, cuya administración fuese de la misma forma que la femenina (es decir, tomar una cada 24 horas), se ha hecho un estudio en la universidad británica de Tesside, para ver que acogida tendría. Un gran porcentaje de hombres aceptaría tomarla de buen grado, mientras que las mujeres desconfían de que sean capaces de recordar su toma diaria de manera eficaz. El mismo estudio se ha realizado en algunos estados de U.S.A. y en Australia, donde se va haciendo una campaña concienciadora sobre el tema y los resultados son mucho más positivos. Tiempo al tiempo que aún queda mucho que avanzar sobre este tema y, como os comentaba en la anterior entrada, los efectos secundarios pueden todavía no haberse manifestado en tan corto plazo de tiempo. ¿Tú, como hombre, estarías dispuesto a tomarla? y ¿tú, como mujer, confiarías en este método anticonceptivo? Me encantaría saber vuestra...

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