Mi pareja tiene Filofobia

Mi pareja tiene Filofobia

Desde que hablé de la Filofobia o miedo al amor en Proyecto Kahlo me han llegado muchas consultas sobre este tema. Al principio fueron personas que se sentían identificadas con ello, que lo padecían y querían ponerle remedio. Algunxs se quedaron en una respuesta puntual -y luego sólo escuché grillos- y otrxs se animaron a hacer terapia para trabajárselo y, de esa manera, poder vivir sin miedo. Por eso, dejé unos consejillos que podéis leer pinchando aquí. De un tiempo a esta parte las consultas fueron yendo por otros derroteros. Eran personas que estaban iniciando relaciones -o , mejor dicho, intentándolo- con personas con miedo al amor o al compromiso y que me pedían consejo para saber qué hacer y cómo actuar para que no saliese corriendo. Desafortunadamente esta es una consulta que no suele tener un trasfondo positivo. No puedo hacer un listado de cositas a hacer. No puedo decirte qué movimientos van a conseguir que esa persona que padece filofobia se lance a una relación. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque la persona que tiene el problema es la que se lo tiene que trabajar. Poniendo un ejemplo -con nombres inventados- María me decía que, para que Mario no huyese, controlaba muchísimo si llamarle o no, intentaba no contarle ningún problema que tuviese para “no agobiarle”, siempre le recibía con una sonrisa, nunca sacaba el tema de volver a quedar, intentaba no reprocharle sus desapariciones aunque fuesen continuas,… ¿Todo esto evita que la persona miedosa salga corriendo? Si. ¿Todo esto hace que establezcas una relación de pareja con ella? No. Por un lado porque esa persona no eres...

Vacaciones en pareja, ¿planazo?

Vacaciones, tu pareja, tú y un viaje. PLANAZO. O no. Hay una realidad que lxs especialistas en terapia de pareja nos encontramos siempre a la vuelta de las vacaciones. No es la vuelta al cole, ni la cuesta de enero, pero es algo que, al igual, se hace muy cuesta arriba y es el aumento de las consultas por los problemas de pareja. Y es que en ese momento paradisiaco, ¿qué ha podido ir mal?. Voy a hacer un repaso de diferentes cosillas que ocurren la mayoría de las veces y vemos soluciones a ello, ¿vale? ¡Agarraos al flotador que vamos!   Decepciones. En la vida no podemos estar siempre de vacaciones -¡ojalá!- y la vuelta a la «rutina» tras unos días de no hacer nada puede ser dura y, muchas veces, las frustraciones las pagamos con nuestra pareja. Volver a madrugar, que si hay que poner la lavadora, que siempre soy yo quien hace la cama, que si yo siempre tengo que fregar los platos, el trabajo, las preocupaciones, las obligaciones y la falta de tiempo de ocio, etc. Si, se vive muy bien de vacaciones, eso está claro pero si nuestra realidad tras ella se convierte en algo «tan doloroso» algo estamos haciendo mal. No vamos a vivir 11 meses de tristeza y sufrimiento para disfrutar uno, ¿no?. Hagamos que todos los días tengan algo bueno, regalémonos momentos en pareja, a solas, reservemos días de no hacer nada o de hacerlo todo, tengamos presente siempre esas cosillas que en vacaciones tanto nos gustan y disfrutemos de ellas todo el año.   Familia. Muchas personas aprovechan para pasar las vacaciones con la familia. En ocasiones es la propia, en otras la...
De pareja en pareja: encadenando relaciones.

De pareja en pareja: encadenando relaciones.

Hace un tiempo os hablaba de Filofobia o miedo al amor y os di unos consejitos para ponerle remedio, ¿verdad?… ¡uy! por vuestras caras parece que a algunx se os pasó leerlo, ¿no? no pasa nada, lo podéis recordar pinchando aquí 😉 Hoy quería darle la vuelta a la tortilla y ponernos en el punto opuesto: la gente que siente la necesidad de estar en pareja. Esto no tiene nombre como tal -¿Filofilia?- pero la verdad es que se da a menudo y, como pasa con algunas cosillas, a veces está tan camuflado que nos cuesta identificarlo. Todos conocemos a esa persona que encadena parejas, que la veas cuando la veas siempre está ennoviada, igual no con la misma persona pero, efectivamente, siempre está en pareja. Esto no es un trastorno, hay veces que simplemente pasa, en ocasiones las relaciones se rompen porque sin quererlo nos hemos enamorado de otra persona por lo que salimos de una y empezamos otra. Hasta aquí todo perfecto. Entonces, ¿cuando empieza a considerarse un problema?  Cuando tenemos que tener pareja si o si porque sino sentimos que no estamos completos. Cuando nos encontramos vacíxs si no la tenemos, tristes, nostálgicxs, sin ganas de hacer nada, insegurxs,… Porque ahí reside el quid de la cuestión: necesitamos estar en pareja, no queremos estarlo. La gran diferencia entre querer y necesitar a la otra persona; vital para una relación sana. A las personas que les sucede esto les cuesta avanzar por si solas, se han acostumbrado a tener un apoyo siempre ahí. La realidad es que lo único que tenemos 100% seguro en esta vida somos nosotrxs mismxs. Pensamos que por estar acompañadxs no vamos...
Cómo manejar la culpa tras una infidelidad

Cómo manejar la culpa tras una infidelidad

Cuando escribí un post sobre la infidelidad (lo podéis recordar pinchando aquí) hubo una parte que se me quedó en el tintero y no quiero dejarlo escapar ya que es algo que pasa mucho: la culpa de la persona que ha sido infiel. Siempre que hablamos de infidelidad tendemos a pensar en la persona «traicionada» pero pocas veces nos paramos a pensar en ese monstruillo que es la culpa que se queda con la persona que lo hace y la verdad es que es muy común. Esta culpa se acentúa más cuando, la persona que ha cometido la infidelidad, se ha sincerado y ha sido perdonada. Mucha gente pensará “¡si te han perdonado no le des más vueltas!” pero la realidad es que es en momentos como esos en los que la culpa sigue ahí y aparecen sentimientos del tipo “no me lo merezco”, “¿por qué lo hice?” y el miedo a que se vuelva a repetir. Si, ya se que se suele pensar que ese miedo tendría que ser del que lo ha “sufrido” y no del que lo ha hecho, pero el miedo es libre y en una pareja ninguno de los miembros tiene la exclusividad del dolor.   ¿Qué hay que hacer en estos casos?   PERDÓNATE Si tu pareja lo ha hecho ¿por qué no puedes tú?. Piensa que somos humanos y como tales cometemos errores pero también aciertos y no tenemos que dejar que lo primero empañe lo segundo…   QUÍERETE Muchos arquearéis una ceja y pensando que me he vuelto loca, que el que se ha llevado el “golpetazo” en la autoestima es el otro, pero esto no...
No estamos distantes, somos distintos

No estamos distantes, somos distintos

Cada terapia es diferente, cada persona un mundo y cada pareja un universo, pero hay veces que te encuentras cosas en común. No sé si será porque todas somos personas, por la influencia de lo aprendido o por ambas, pero pasa. A veces son cosas positivas que ayudan a la relación y otras son cosas que parecen positivas pero no lo son. Es normal que cueste diferenciarlas ya que la sociedad en la que vivimos con su amor romántico, sus mensajes y su todo, hacen que la distinción entre lo que queremos contra lo que creemos que queremos sea complicada. Encuentro muchas veces en terapia -pero muchas, muchísimas- parejas que se obligan a hacer todo juntas. Pueden tener parcelas individuales y hacer planes de manera independiente pero no consiguen esa individualización cuando están juntos. Personas que se permiten hacer cosas por separado siempre y cuando no estén juntos. Y no, esta frase no tiene truco. ¿Vas a irte el finde con amistades? ¡Sin problema! ¿Te vas a tomar una caña después del trabajo con alguien? ¡Pásalo bien! Pero quieres, por ejemplo, ver una película en casa y a mí no me apetece… uhmmm… entonces mejor no, ya la verás cuando yo no esté. Piensan que si están juntos en casa y, por ejemplo, uno se pone a leer un libro mientras otro está viendo un capítulo de una serie eso les separa, les distancia. Si te sorprendes leyendo esto me alegro pero si te identificas quédate conmigo un poquito más, por favor. Que una pareja permanezca unida no es consecuencia de hacer todo juntos, es más me atrevería a...
¿Hablando se entiende la gente?

¿Hablando se entiende la gente?

Uno de los mayores problemas que presentan las parejas de hoy en día (y la gente en general), es la mala comunicación entre ellos. Hay que aprender a hablar, pero aún más importante, hay que aprender a escuchar. No se si conocéis “La Ventana de Johari”, según este modelo, podríamos decir que en una conversación entre dos personas realmente hay más de lo que se ve a simple vista: – La parte visible: lo que las dos personas dejan ver de su forma de ser (Por ejemplo: Él: “soy cariñoso”, Ella: “soy generosa”) – La parte oculta: lo que esconden de si mismas (Él: “tengo miedo al compromiso”, Ella: “soy insegura”) – La parte ciega: lo que cada uno de ellos no ve de su personalidad pero el otro si ve (Él: “ella es muy manipuladora”, Ella: “él es egoísta») – La parte desconocida: lo que ni unos ni otros saben de ellos mismos ni de su pareja. Por nuestras percepciones, juicios e interferencias en el mensaje ya es bastante complicado entenderse pero, si a eso le añades un estado emocional agitado, irritable o a la defensiva, tenemos un bonito cocktail y una gran resaca. Debemos recordar que aproximadamente el 80% de la comunicación es no verbal, por lo que los gestos, mirar al otro a los ojos, una sonrisa,etc. son muy importantes, ya que van a afectar notablemente a que se de o no una buena comunicación y, también, a que haya una buena o mala predisposición. El 20 % restante de esa comunicación sería lo que expresamos verbalmente, pero se ve afectado por múltiples factores, como la forma de expresarlo o el ruido (si estamos en un sitio público o si está la...

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