Relato erótico de L

Mi nuevo juguete
Marta y yo volvíamos del instituto comentando entre risitas lo bueno que estaba nuestro nuevo profe de música, llevaba como sustituto una semana. Con las flautas todavía en la mano, no parábamos de hacer bromas.
Por fin empezaba a hacer calor y ya habíamos abandonado las incómodas medias, permitiendo que la cálida brisa de esos días acariciara por primera vez ese año nuestros muslos bajo la falda del uniforme.
Olía a primavera. En aquel primer curso de BUP todo era diferente, nuestros compañeros, nuestros cuerpos, nuestros profes… Ya no éramos niñas de cole.
Llegamos a casa de Marta, entre semana solíamos comer juntas, fuera en su casa o en la mía, pues éramos vecinas y nuestros padres trabajaban hasta más entrada la tarde. Yo prefería estar allí porque si no tenía que aguantar a mi hermano babeando por mi amiga, es tres años mayor y en esa época sólo pensaba en una cosa… Bueno, ahora tampoco es que haya cambiado mucho. Marta es hija única, así que estábamos solas.
Comimos y nos fuimos a su habitación a ver “Al salir de clase”. Tumbadas sobre la cama, con el uniforme puesto, pero descalzas y descamisadas, Marta me preguntó:
     – ¿Te fijaste en el paquete del de música?
     – Claro, ¿crees que estaba empalmado? – Respondí previa risita.
     – No seas tonta, es el calzoncillo y la forma del pantalón, si estuviera empalmado se le notaría otra cosa.
     – Ah… – Murmuré confusa, parecía que Marta siempre sabía más que yo de estas cosas.
     – Anoche me masturbé pensando en él. – Soltó de golpe.
Yo me incorporé y la miré asombrada. Ella me devolvió una mirada maliciosa. Yo nunca lo había hecho, me daba miedo o vergüenza y además era pecado. Mis padres son muy católicos. Ella se rio:
     – Mira que eres mojigata, no sabes lo que te pierdes.
     – Es que, no sé cómo hacerlo. – Respondí excusándome.
     – No tienes que saber, simplemente lo haces..
Y su mano que estaba en su muslo empezó a recorrerlo hacia arriba mientras subía su falda y dejaba sus braguitas al descubierto, eran lilas y tenían una mancha que indicaba que estaban mojadas. Metió la mano y comenzó a frotarse. Había cerrado los ojos y yo no podía dejar de mirarla. Su respiración se aceleró al ritmo de sus dedos. Yo empecé a sentir una presión en mi sexo y un líquido denso que fluía. No era una sensación desconocida pero nunca había sido tan fuerte.
Se detuvo de repente en un espasmo, dejando escapar un fuerte gemido, abrió los ojos y me miró mientras se volvía a contraer más levemente. Sonrió y ya relajada me dijo:
     – Ven, túmbate que te voy a enseñar.
Yo obedecí, no sabía muy bien lo que estaba pasando pero un deseo irrefrenable me arrastraba a comprobar qué era todo aquello.
     – Cierra los ojos y piensa que es el profe el que está aquí. – Me susurró al oído.
Cogió mi mano y la condujo por debajo de mi falda y mis bragas hasta el origen de mi humedad. Empezó a frotar mi clítoris y volvió a susurrarme “ahora tú y recuerda que es él quien lo hace”, y así lo hice. Un placer desconocido comenzó a recorrerme.
De pronto noté que Marta me quitaba las bragas, entreabrí los ojos y me riñó: “chssss, obedece”; “lo que tú digas”, pensé, y seguí dejándome llevar por mi imaginación y mis dedos…
     – No te asustes ahora, sigue pensando que es él.
Sentí que algo duro y firme se hundía lentamente entre mis fluidos y una punzada de dolor me recorrió, “tranquila, relájate, confía en mí”, oí, y el dolor se mezcló con el placer. Aquello que había penetrado dentro de mí empezó a moverse en círculos y enloquecí, me froté más enérgicamente y con la mano libre me agarré con fuerza un pecho. Entonces ocurrió, una sacudida me recorrió y grité, me retorcí mientras los músculos de mi pelvis abrazaban la flauta que Marta me había introducido. Abrí los ojos y ella permanecía quieta, observándome divertida mientras yo seguía contrayendo.
Exhausta, sonreí al ver a mi amiga agitar en el aire aquel instrumento:
     – ¿A que te gusta tu nuevo juguete?

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5 Comentarios

  1. Hola , mire tu material y me gusto muchisimo
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    saludos cordiales

    contacto.laescort@gmail.com

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  2. Me gusta mucho como cuentas la historia…

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