EL ÁMBAR DEL VOLCÁN
La piedra que llevo en el cuello es un ámbar, refuerza la sensualidad, la sexualidad y la fuerza femenina, me protege y me da energía, tu observas mi cuello, mis hombros semidesnudos, dibujas mi piel morena y tersa con la mirada mientras caminamos juntos, vamos de camino hacia un volcán de una isla perdida, con mas gente, pero estamos demasiado calientes para seguirles.
Solo nos conocemos de hacer una parte del camino pero, somos prácticamente dos desconocidos o dos almas que aunque no se conocen se necesitan, y se acercan como animales, por el instinto, por el olor… Nos separamos del resto, y nos miramos fijamente, no hacen falta las palabras…te abalanzas hacia mi como un lobo sediento en media noche, para besarme, chuparme, abrazarme, recorrer todo mi cuerpo con las manos… Me abres las piernas, y me introduces todo tu pene erecto. Fuerte, con movimientos circulares y rápidos es como si pudieses adivinar lo que necesito, somos como un solo cuerpo que danza la misma música, mientras los animales del bosque nos miran, se acercan, son cómplices de lo que está pasando…después me agarras nuevamente y me pones de espaldas, introduces tus dedos en mi boca y los humedezco con la lengua, mientras; me rozas, me agarras las nalgas…y gritamos como locos de placer llegando juntos al orgasmo. De fondo se escucha el sonido de la tierra, de los animales y del volcán que murmuran el canto de la pasión. A lo lejos el resto de compañeros sigue la marcha, hasta el cráter del volcán, escuchan los gritos pero, piensan que son de dos animales salvajes del interior de la selva. Creo que otra de las chicas se encuentra también un ámbar por el camino…
Solo nos conocemos de hacer una parte del camino pero, somos prácticamente dos desconocidos o dos almas que aunque no se conocen se necesitan, y se acercan como animales, por el instinto, por el olor… Nos separamos del resto, y nos miramos fijamente, no hacen falta las palabras…te abalanzas hacia mi como un lobo sediento en media noche, para besarme, chuparme, abrazarme, recorrer todo mi cuerpo con las manos… Me abres las piernas, y me introduces todo tu pene erecto. Fuerte, con movimientos circulares y rápidos es como si pudieses adivinar lo que necesito, somos como un solo cuerpo que danza la misma música, mientras los animales del bosque nos miran, se acercan, son cómplices de lo que está pasando…después me agarras nuevamente y me pones de espaldas, introduces tus dedos en mi boca y los humedezco con la lengua, mientras; me rozas, me agarras las nalgas…y gritamos como locos de placer llegando juntos al orgasmo. De fondo se escucha el sonido de la tierra, de los animales y del volcán que murmuran el canto de la pasión. A lo lejos el resto de compañeros sigue la marcha, hasta el cráter del volcán, escuchan los gritos pero, piensan que son de dos animales salvajes del interior de la selva. Creo que otra de las chicas se encuentra también un ámbar por el camino…
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