Relato erótico de Perspicaz

La joven del paraguas rojo 

 

Beatriz y Toño comparten apartamento. Les habían desalojado de los suyos y el bueno de Manolo, el del bar de siempre, les alquiló uno encima del establecimiento a buen precio, con una obligación: Que le cuiden sus plantas.
No tienen pareja por lo que, después de unos días cada uno en una habitación han decidido ocupar la misma. Se gustan físicamente y no tienen prejuicio alguno. Cuando quieren si y cuando no, pues no. Sin problemas.
Duermen desnudos, salvo los días femeninos de Beatriz. Menos ropa que lavar.
Toño trabaja como informático desde casa. Salvo que vaya a visitar a algún cliente, sólo sale de ella al bar de Manolo a comer.
Beatriz lleva un horario muy loco. Unos días se levanta tarde, otros no. Unos, vuelve temprano, otros no y algunos ni viene.
Si coinciden a cenar, acostumbran a tomar bocadillos. Luego ella ve la televisión y él con su Internet. A ella le van los “Reality”. A él las “WebCam” de ciudades del mundo para hacerse la ilusión de que las visita. Ello no les impide intercambiar opiniones de modo cordial.
Firmaron el pacto de no hacerse preguntas para no obtener respuestas.
Los fines de semana cada uno va a “su bola”, que a veces es la misma…
Si coinciden a la hora de acostarse, las más de las veces acostumbran a prodigarse toda clase de juegos eróticos hasta que el cuerpo aguanta. Les gusta jugar y fantasear con aparatitos.
Si ella vuelve tarde y él está dormido, o se lo hace, se ducha y, una vez aseada se introduce en la cama. Suele acercarse a su compañero y con suavidad y sensualidad se pega a su cuerpo, generalmente de espaldas a ella, con la mano localiza su miembro reducido a la mínima expresión y condelicadeza lo lleva a un tamaño más que aceptable. Posteriormente ella le calza un preservativo y con Toño totalmente espabilado comienzan a disfrutar ambos de ellos dos.
Otras, después de lavarse se mete Beatriz por su lado y procura no rozarle, pero él suele oír sus sollozos. Le entran ganas de volverse a abrazarla y preguntarle porqué llora, pero sería romper su pacto.
En esas circunstancias es ella la primera en levantarse al día siguiente. Toño supone que es para no mostrarle su cara destrozada y sin lavar después de llorar.
-¿Puedo hacerte una pregunta? –se decide un día Toño mientras desayunan, envueltos en sendos albornoces.
-Si sólo es una…
-¿Por qué sales con paraguas rojo?
-Me gusta.
-¿Incluso cuando no llueve?
-Me gusta.
-¿Hasta cuando hace vendaval?
-Me gusta. Ya van tres preguntas. Te has pasado. ¿Satisfecha tu curiosidad?
-Bueno… Gracias. Me gusta tu paraguas rojo.
Un viernes lluvioso, por la noche, en que está sólo en casa haciendo su recorrido habitual por el mundo, piensa que en la ciudad en que vive también hay cámaras a las que nunca se ha conectado y ese puede ser el día.
Se pone a ello y con facilidad las localiza. Unas están apagadas, otras muestran zonas poco animadas o en tinieblas.
Se centra en una que enfoca una plaza peatonal. Está animada a pesar de la lluvia y muy iluminada. Le gusta la sensación de gran ciudad que transmite la imagen. Piensa es muy buena propaganda para los que, como él, se asomen desde otros países.
Algo llama su atención, más bien alguien. Observa un paraguas que ampara de la lluvia a una mujer, que va y viene recorriendo parte de la plaza. Al pasar bajo uno de los faroles comprueba que el color del paraguas es rojo.
-¡Beatriz! –exclama asombrado. Su compañera de juegos acaba de romper el encanto de ellos.
En un momento se acerca un hombre bajo su paraguas. Hablan. Ella se aleja. Él la retiene. Vuelven a hablar. Ella cierra su paraguas y se cobija bajo el de él.
-Habéis llegado a un acuerdo, amiga mía -dice mientras comprueba salen del campo visual de la cámara.
-Hoy dormiré solo -piensa al desconectar el ordenador y maldecir el momento en que se le ha ocurrido echar una mirada a su ciudad.
Duda sobre si podrán volver a jugar. Sabe que quién no jugará pero llorará esa noche, será él.

Etiquetas: , , ,


1 Comentario

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR ACEPTAR
Aviso de cookies