Átame

Hace unos días Felipe VI comentaba en la entrada «Háblame del mar, marinero» lo siguiente: «¿Qué opinión te merece que para el disfrute de una buena sesión de sexo suela requerir de un atamiento y estimulación progresiva del cuerpo femenino? ¿Debería ir contra ello y fomentar el sexo más «normal»? Está claro, y lo he comprobado, que no a todas les gusta ser atadas, aunque sí a bastantes, y menos recibir cosquillas, un buen principio a mi modo de ver.« En las relaciones sexuales siempre hay que llegar al punto del común acuerdo. A mi me apetece atarte, a ti practicar el sexo en un lugar público, al otro con las luces apagadas y al de más allá hacerlo delante de un espejo… ¿cual es el límite? En mi opinión, ninguno siempre y cuando sea consensuado.   Hay muchas y diferentes maneras de disfrutar el sexo, casi me atrevería afirmar que tantas como personas existen ya que por algo (y menos mal) somos únicos y diferentes. Y tú preguntas si existe algún problema en que te guste atar a tu compañera de cama…supongo que el único problema es cuando únicamente puedes disfrutar del sexo de esa manera porque no siempre tu pareja querrá o, dependiendo del lugar, no siempre se podrá pero, por lo demás, no le veo ningún problema. De hecho el atar y dominar o dejarse atar y someterse suele ser una fantasía bastante común junto con la de tapar los ojos al compañero de cama y que mucha gente practica ayudados de pañuelos o esposas mulliditas.   Sobre lo de «fomentar el sexo más normal» te...

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