Yo mi me conmigo

Yo mi me conmigo

Parece que el que un hombre se masturbe se ve como algo normal a día de hoy, de hecho se da por hecho hasta tal punto que si uno niega practicar tal acto no se le suele creer o se piensa que es «raro». La cosa cambia cuando hablamos de las mujeres, no sólo no parece normalizado sino que se ve mal, muy mal. Muchas mujeres niegan practicarlo, aunque sea mentira, porque parece que practicar el autoerotismo te convierte en una «guarra» y vas a ir al infierno. Si es así chicas, ahí os espero. Respecto a este tema te encuentras con millones de mitos: El primero y más obvio: «las mujeres no se masturban». FALSO. Si que lo hacen, unas de forma natural como la que se mesa el pelo o se rasca la espalda en un momento dado y otras con un 2×1 en sentimiento de culpa. «Masturbarse puede ocasionar problemas sexuales en el futuro». FALSO. El que te toques no sólo no te va a llevar a tener problemas sino que te va a ayudar a disfrutar más de tus relaciones sexuales. Así como una persona va a tener un relación de pareja más sana cuando sabe estar sola y no «necesita» al otro, del mismo modo, una persona que sabe divertirse con su cuerpo y lo conoce bien, va a disfrutar más cuando lo comparta con otra. Saber lo que le gusta, lo que no, de que forma consigue el orgasmo, etc. De hecho, en casos de Anorgasmia (mujeres que no logran alcanzar el orgasmo) es de lo primero que recomendamos en terapia sexual. «Masturbarse...

Existe vida más allá del coito

Por mucho que sepamos que una relación sexual implica algo más que un coito e, incluso, puede darse sin la existencia de éste, es muy común que la gente entienda que «mantener relaciones sexuales» se limita a eso, porque vivimos en una sociedad muy coitocéntrica en la que parece que esa es la única medida válida y que ser virgen o no -según su idea de virginidad- es un estigma que hay que arrastrar a las espaldas. Estamos acostumbrados a escuchar a la gente hablar de juegos preliminares. Ahí lo tenéis, preliminar, el preámbulo a algo, como si esos juegos fuesen el telonero del grupo al que hemos ido a escuchar. Eso lo único que hace es centrar la relación en el coito, poner toda la presión en él. Podemos besarnos de manera apasionada, tocarnos, acariciarnos, excitarnos, practicar sexo oral pero parece que todo ello sólo es la mecha para que se dispare el gran cohete: el coito. Tendríamos que considerar una relación coital por lo que realmente es, una práctica sexual más, no un fin, quitarle la importancia que se le ha dado y entender que muchas veces otras prácticas son incluso más íntimas que esa. Al poner al coito en un pedestal lo único que estamos haciendo es relativizar la importancia del resto y, sin embargo, nos encontramos con millones de problemas por culpa precisamente de ello. En el caso de las mujeres, tras millones de encuestas repetidas hasta la saciedad, hemos visto como muchas de ellas afirman que prefieren los juegos que tienen antes, que el coito en sí. Al mismo tiempo, por consulta aparecen muchísimos hombres con...

¿El deseo sexual es mayor en los hombres que en las mujeres?

La verdad es que si preguntas por la calle, consultas en internet e, incluso, si se lo comentas a algún que otro profesional, te encontrarás con que esta creencia está tremendamente arraigada en nuestra sociedad a pesar de ser una falacia. El deseo sexual es por naturaleza exactamente igual en hombres como en mujeres, el problema es que todavía pesa esa «educación» que hemos recibido y parece que una mujer que tenga mucho deseo es una especie en extinción. Pues despertad, chicos, porque esa es la realidad. Que un hombre consuma revistas pornográficas, vea películas o confiese que se masturba es algo que todo el mundo ve con normalidad, pero cuando es la mujer la que lo hace los gestos de aprobación brillan por su ausencia. Los mensajes represivos y anti-sexuales hacia las hijas, se maman en numerosas familias españolas hoy en día, legado de la educación recibida por los padres y de la idea del sexo como algo pecaminoso. El deseo sexual no es una necesidad primaria (no te mueres si no tienes sexo) sino que surge cuando tenemos un excedente de energía y de los estímulos sexuales que ya hemos experimentado, es decir, existe lo que podemos llamar la Memoria del Placer. Ésta almacena todo aquello que nos haya producido placer y va a reforzar que tengamos deseo ante determinados estímulos. Os pongo un ejemplo con comida para que lo veáis de forma más sencilla, si tenéis hambre en un momento dado podéis llegar a fantasear (desear) con tomaros un pincho de tortilla, ¿por qué? porque en otras situaciones, cuando os lo habéis tomado, se os ha...

Eyaculación femenina

Este es un tema que siempre ha estado en el limbo entre el mito y la realidad, pero la verdad es que sí, la eyaculación femenina existe. Entendemos por eyaculación femenina aquella emisión de fluido durante el orgasmo que algunas mujeres presentan. Esta definición podría matizarse ya que, algunos expertos, afirman que la eyaculación femenina se da en todas las mujeres, variando la cantidad de líquido o el destino de la emisión del mismo (en algunas ocasiones es expulsado hacia el exterior a través de la uretra y en otras hacia el interior, a la vejiga). Siempre ha sido un tema a debatir ya que muchos médicos han afirmado que no existe, que realmente es producto de un cierto nivel de incontinencia urinaria, pero cuando algunos expertos se han puesto a analizar dicho líquido, se ha encontrado que, aunque se contienen trazos de urea en niveles mínimos, hay diferencias bioquímicas entre ambos líquidos. ¿De dónde viene esa eyaculación? Tal como apuntan Testud y Latarjet (1975) alrededor de la uretra se disponen abundantes glándulas uretrales, parauretrales y de Skene, que en conjunto forman la llamada “próstata femenina”. El fluido es expelido durante el orgasmo como resultado de las contracciones orgásmicas y muchas mujeres lo viven como una sensación de tener que orinar en el momento del clímax. ¿Qué provoca esta eyaculación? Además de ser consecuencia de las contracciones pélvicas derivadas del orgasmo, parece ser que la estimulación del punto G (situado en el tercio medio de la pared anterior de la vagina) puede inducir o aumentar dicha eyaculación. Hablando con muchas mujeres es sorprendente el número de ellas que la...

Fantasías

El otro día, tomando algo con unos amigos hablábamos de las fantasías y me di cuenta de como la educación que hemos recibido y la sociedad en la que hemos crecido, han calado tan hondo que han conseguido llegar hasta este mundo de imaginación. Comentábamos el caso de la película «León: El profesional» y un amigo nos contaba como se excitó al ver a Natalie Portman pero se sintió muy mal porque ella sólo tenía 12 años. Su cuerpo en ese momento llegó a una contradicción, así como puede pasar con otras películas como «Lolita» o «Beautiful Girls», te muestran una niña joven en actitud seductora para provocarte deseo y cuando lo consiguen ¡pam! el sentimiento de culpa aparece en escena. La fantasía es libre y fantasear con una niña de 12 años puede que no sea políticamente correcto decirlo pero no está mal, porque sólo es eso, una fantasía y ello no conlleva que vayas a salir a la calle a intentar seducir a una persona menor de edad, del mismo modo que alguien puede fantasear en un momento de estrés laboral con cargarse a su jefe y no por ello lo va a hacer. La fantasía es sólo eso, un sueño, un invento. Hay que saber diferenciar entre el mundo real y el imaginario, sabiendo que en el segundo puedes hacer lo que te venga en gana. Es más, muchas veces, lo fantaseado, no se querría llevar a cabo en la realidad porque su mayor atractivo reside precisamente en eso, en no ser...

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR ACEPTAR
Aviso de cookies