Que una relación se rompa no hace que deje de existir

Que una relación se rompa no hace que deje de existir

Que una relación se rompa no hace que deje de existir. Que una persona te traicione en un momento dado no convierte mágicamente toda tu relación en una farsa. Que alguien no sienta algo por ti no implica que nunca lo haya sentido. Muchas veces se llega a esa falacia, a ese error de pensamiento en el que, si alguien falla en una relación es «porque nunca me quiso». Se deja que un instante, una situación, algo que nos es difícil de asumir y transitar empañe todo lo anterior y eso no tiene porqué ser así. Muchas veces es un mecanismo de defensa: si considero que a raíz de un hecho que me ha dolido, toda la relación se convierte en basura, doy más peso a lo negativo y me ayuda a no ‘cojear’ y atreverme a mirar lo positivo. A corto plazo me funciona aumentando esa distancia y haciéndome sentir una falsa sensación de control. Pero ¿y a largo plazo? ¿Voy a vivir mejor pensando que esa persona no fue quien dijo ser durante 7 años? Probablemente no porque a eso se le sumarán pensamientos destructivos del tipo «cómo no me di cuenta», «cómo me dejé», etc. Y obviamente habrá relaciones que no han sido sanas y en las que un evento puntual nos haga abrir los ojos. Y duele. Pero no hablo de esas si no de relaciones en las que has estado bien, has querido, te han querido, todo ha funcionado fenomenal hasta que no. Intentar ver todo teñido de algo que no nos ha gustado no es justo ni para la otra persona ni para...

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