por MartaGPeris | Sep 19, 2016 | terapia de pareja
Cada terapia es diferente, cada persona un mundo y cada pareja un universo, pero hay veces que te encuentras cosas en común. No sé si será porque todas somos personas, por la influencia de lo aprendido o por ambas, pero pasa. A veces son cosas positivas que ayudan a la relación y otras son cosas que parecen positivas pero no lo son. Es normal que cueste diferenciarlas ya que la sociedad en la que vivimos con su amor romántico, sus mensajes y su todo, hacen que la distinción entre lo que queremos contra lo que creemos que queremos sea complicada. Encuentro muchas veces en terapia -pero muchas, muchísimas- parejas que se obligan a hacer todo juntas. Pueden tener parcelas individuales y hacer planes de manera independiente pero no consiguen esa individualización cuando están juntos. Personas que se permiten hacer cosas por separado siempre y cuando no estén juntos. Y no, esta frase no tiene truco. ¿Vas a irte el finde con amistades? ¡Sin problema! ¿Te vas a tomar una caña después del trabajo con alguien? ¡Pásalo bien! Pero quieres, por ejemplo, ver una película en casa y a mí no me apetece… uhmmm… entonces mejor no, ya la verás cuando yo no esté. Piensan que si están juntos en casa y, por ejemplo, uno se pone a leer un libro mientras otro está viendo un capítulo de una serie eso les separa, les distancia. Si te sorprendes leyendo esto me alegro pero si te identificas quédate conmigo un poquito más, por favor. Que una pareja permanezca unida no es consecuencia de hacer todo juntos, es más me atrevería a...