Dispareunia: dolor durante las relaciones coitales

Al dolor que se da cuando se tienen relaciones coitales se le conoce como Dispareunia o Coitalgia. Dos nombres complicadillos para definir algo muy sencillo, ¿verdad?. También estaríamos hablando de Dispareunia cuando el dolor se da con la introducción de tampones o durante las revisiones ginecológicas. ¿Quién puede sufrirla? Por lo general se considera que es algo femenino ya que el porcentaje de hombres que lo sufren es muy pequeño pero oye, no por ello menos molesto y doloroso, así que diremos que todo el mundo puede encontrarse en la situación. Normalmente, en el caso de los hombres, es relativa a la eyaculación. Cuando se da ésta, el hombre suele sentir en estos casos: dolor, picor o quemazón. Lo bueno (todo tiene su lado bueno) es que lo más habitual es que se de por una infección en las vías urinarias por lo que se suele solucionar con un tratamiento médico adecuado. En el caso de las mujeres puede ir asociado a muchas causas: – Que tenga un problema de Vaginismo (ya hablaremos de ello más adelante pero, para entendernos, es cuando las paredes de la vagina se contraen a la hora de tener una relación sexual por lo que, evidentemente, va a resultar doloroso) – Por padecer una infección: como comentábamos con los hombres. – Por alergias: para los hombres, la alergia al látex del que están compuesto la mayoría de los preservativos, es evidente ya que al tener un contacto directo suele ser muy revelador, pero en el caso de las mujeres a veces no se hace tan evidente por los movimientos coitales y, en muchas ocasiones, más de una piensa que tiene algún tipo de problema y lo que está sufriendo...
Superando el miedo al amor

Superando el miedo al amor

Hace unos meses escribí un artículo en Proyecto Kahlo sobre la Filofobia o el miedo al amor (lo podéis leer pinchando aquí) y es que hay gente que por A o por B termina poniendo trabas a futuras relaciones por miedo a que le hagan daño. Para las personas que se sientan identificadas dejo unos consejillos: 1. El pasado, pasado está. Puede que hayas tenido malas experiencias en el pasado, que hayas vivido alguna relación que te ha marcado o no haya salido bien pero eso no quiere decir que ese vaya a ser el patrón de tu vida. Parece que si, por ejemplo, todas las personas con las que has tenido una relación te han sido infieles la lógica te diga que no debes confiar, que volverá a pasar. ¿La realidad? Cada persona es un mundo y aunque hayas sufrido en el pasado eso no quiere decir que lo vayas a hacer en el futuro. No cierres puertas a la gente, no construyas un murito de defensa a tu alrededor porque lo pasado ya no está y el futuro que crees ver ante ti te lo estás guisando y comiendo tú, lo importante es el ahora y ese muro no te va a dejar disfrutar de ello. 2. El amor no te hace vulnerable. Querer a alguien no es lo que dicen las canciones, no es pasar a ese «sin ti no soy nada» o al mítico «somos uno en un mismo cuerpo» ¡y menos mal! Una relación sana no te va a hacer débil, no es algo incontrolable, el amor es un sentimiento positivo que te puedes permitir expresar, no se rompe por hablar de ello, no se pierde...
Ahora no, que me duele la cabeza

Ahora no, que me duele la cabeza

Collage de Conchi G. Noviembre llega a Proyecto Kahlo cargadito de artículos e ilustraciones geniales. ¿El tema? Crisis y yo me he lanzado a hablar de la falta de deseo porque ¿ es sólo cosa de mujeres? ¿es verdad que los hombres tienen más deseo sexual? no te lo pierdas pinchando...

¿De dónde vienen los niños?

Las preguntas relacionadas con la sexualidad muchas veces se convierten en una fuente de estrés para los padres y madres… ¿qué le digo? ¿cómo? ¿hasta dónde le cuento? ¿a partir de que edad? La verdad es que la educación sexual ha sido para muchas generaciones algo inexistente y casi todo lo hemos aprendido por amigos, revistas, cine, etc. Aún recuerdo una charla que nos vinieron a dar en su día al colegio, ¿una sexóloga? ¡que va! una comercial de una conocida marca de tampones que más que nada nos hizo un repaso de los aparatos reproductores tanto masculinos y femeninos y de como se da la reproducción (algo que ya habíamos estudiado en clase) para luego hablar de la regla y aprovechar a hacernos la entrega de un «obsequio». ¿Interés en dar buena información a los adolescentes o ganar nuevas clientas? Ejem…no hace falta que conteste. A día de hoy cada vez hay más colegios que se inclinan por una verdadera educación sexual, unas charlas desde las que se informa, se enseña, se advierte y, muy importante, se responde a las preguntas. Personalmente me he llegado a encontrar preguntas de todo tipo, desde gente que tenía cierta base y quería saber más hasta la inocencia (¿o es desinformación?) de un niño que se preguntaba como su vecino había podido tener un hijo si era cojo… Está fenomenal que todos los temas, desde los más pequeños hasta los más complicados se puedan resolver en el colegio pero no hay que dejar de lado la información que se les de en casa porque, al fin y al cabo, es donde más confían, donde se sienten cómodos y donde la respuesta no se va a limitar a una retahíla biológica...
Tras una infidelidad

Tras una infidelidad

Para cada pareja el término «infidelidad» implica una cosa diferente. Para unas es el mero hecho de hablar con un persona todos los días, para otras sería un beso, para otras unos cuantos, para otras un coito, para otras relaciones emocionales,… Lo que si está claro es que todas tienen un denominador común: la traición. La traición es un sentimiento bastante desgarrador porque no sólo duele sino que hace que tu realidad se tambalee… «¿qué ha pasado?» «¿por qué?» «¿cómo ha podido pasar?» y la más angustiosa «¿quién es esta persona?». Esto es así, podemos llevar días o años con esta pareja, hacer vida juntos o separados pero una situación así siempre va a hacer que veamos al otro como un ser extraño venido de otro planeta y, lo peor, no habla nuestro idioma. Si nuestra pareja nos ha sido infiel y va a seguir su vida por otro camino no podemos hacer nada, no hay elección, no está en nuestra mano. No nos queda otra que asumirlo, recuperarnos y tirar hacia delante. Sin embargo, si lo que quiere es muestro perdón y hacer un «borrón y cuenta nueva», ahí es cuando entramos nosotrxs a decidir. Y esto es muy complicado. Si recuperar la confianza tras una traición puede resultar muy difícil, más difícil aún es lo que viene antes: «¿quiero?» y, sobre todo, «¿qué es lo mejor para mi?» Aquí tenemos 2 situaciones: la persona que se guía por el impulso y la que necesita un tiempo. La impulsividad a veces no es buena consejera pero muchas veces es acertada, además, no todas las personas tienen madera para...

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