Tampones y compresas como contrabando

Tampones y compresas como contrabando

Todas lo hemos hecho. Tenías la menstruación en el colegio y entrabas en modo ninja. Aprovechabas las sombras para recorrer el pasillo lo más rápido posible, entrabas en clase tras comprobar que tus compis seguían en el recreo y ahí no había nadie. Te acercabas a tu mochila y buscabas un tampón que ponerte mientras mantenías alerta tu ‘sentido arácnido’ por si a alguien se le ocurría entrar y te preguntaba eso tan cruel y temido… ‘¿qué haces?‘. Hay personas sin compasión. Rebuscabas: 2 bolis -uno sin tapa y otro con ella pero bien mordida-, un folio arrugado, la notita que te pasó no sé quién, el envoltorio de un chicle, gomas de pelo que probablemente no eran tuyas -las tuyas estarían en otras mochilas y lo sabes-, un clip, la goma de borrar, un sacapuntas roto y… ¿qué es lo que hay más al fondo? ¡ah! ¡si! el PÁNICO. Pánico al ver que no has traído ni tampón, ni compresa ni apaño en su ausencia –todas hemos ido por la vida en un momento dado con un pañuelo desechable, papel higiénico o una servilleta aunque no solamos hablar de ello. #truestory Inmediatamente huyes de ahí como si no hubiera un mañana buscando a tus amigas mientras te imaginas como Carrie en su fiesta de fin de curso. Haces contacto visual. Se alarman. Te acercas al oído de la que tienes más cerca y casi sin movimiento, cual ventrílocua, le preguntas si tiene un tampón o compresa. La respuesta es no. Pasas a la siguiente y empiezas de nuevo la misma operación. Mientras, alguna persona te ha preguntado algo...

Sexo en vivo en la universidad

No es el nuevo programa de la Universidad Complutense…¡de momento! Porque en la Universidad Northwestern de Chicago ya se han lanzado a ello. Y es que John Michael Bailey, uno de los profesores de Psicología, pensó que qué mejor para una clase de Sexualidad Humana que tener a una pareja en vivo en clase para explicar cómo era el orgasmo femenino. Bueno, en realidad quería demostrar que el orgasmo femenino es real y, digo yo, ¿aún hay quien tiene dudas de esto? En fin, que el profesor ni corto ni perezoso pidió dos voluntarios y una pareja, cuya fantasía sexual era tener una relación en público, pudieron dar rienda suelta a su pasión y, con la intervención de un consolador, que ella alcanzase su orgasmo. (¿Les darán por aprobada la asignatura?)   La polémica ha surgido después de esta sonada clase y no ha faltado tiempo para que saliesen retractores y defensores, eso si, el profesor afirma rotundamente «es el mejor uso del dinero que sus padres han hecho en su educación». La verdad es que no veo necesario tal acontecimiento para poder entender la respuesta sexual humana, vamos, que en los dos años y medio que nosotros tuvimos de Master nunca tuvimos una clase tan explícita ni creo sea necesaria…habría que preguntar cuales eran las fantasías del profesor Bailey y seguramente encontraríamos la respuesta. La noticia pinchando...

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