Vacaciones, tu pareja, tú y un viaje.
PLANAZO.
O no.
Hay una realidad que lxs especialistas en terapia de pareja nos encontramos siempre a la vuelta de las vacaciones. No es la vuelta al cole, ni la cuesta de enero, pero es algo que, al igual, se hace muy cuesta arriba y es el aumento de las consultas por los problemas de pareja.
Y es que en ese momento paradisiaco, ¿qué ha podido ir mal?.
Voy a hacer un repaso de diferentes cosillas que ocurren la mayoría de las veces y vemos soluciones a ello, ¿vale?
¡Agarraos al flotador que vamos!
Decepciones.
En la vida no podemos estar siempre de vacaciones -¡ojalá!- y la vuelta a la «rutina» tras unos días de no hacer nada puede ser dura y, muchas veces, las frustraciones las pagamos con nuestra pareja.
Volver a madrugar, que si hay que poner la lavadora, que siempre soy yo quien hace la cama, que si yo siempre tengo que fregar los platos, el trabajo, las preocupaciones, las obligaciones y la falta de tiempo de ocio, etc.
Si, se vive muy bien de vacaciones, eso está claro pero si nuestra realidad tras ella se convierte en algo «tan doloroso» algo estamos haciendo mal. No vamos a vivir 11 meses de tristeza y sufrimiento para disfrutar uno, ¿no?.
Hagamos que todos los días tengan algo bueno, regalémonos momentos en pareja, a solas, reservemos días de no hacer nada o de hacerlo todo, tengamos presente siempre esas cosillas que en vacaciones tanto nos gustan y disfrutemos de ellas todo el año.
Familia.
Muchas personas aprovechan para pasar las vacaciones con la familia. En ocasiones es la propia, en otras la política y en otras mitad y mitad. Lo mismo me da. Eso está fenomenal -si es lo que quieres- pero hay que entender que el espacio de pareja, de esa manera, se va a ver invadido y eso, muchas veces, cuesta. Porque el tío Pepe ha dicho que mañana comemos todos en nosedonde, porque ya sabes que a mí madre le gusta pasear por las mañanas, hay que despertarse ya, vamos todos juntos a la playa,… Maratones familiares que no fomentan la unión en pareja en muchos casos sino que ayudan a que surjan algunos problemillas.
¿La solución es renunciar a esto? no tiene porqué, pero si el aseguraros de tener momentos sólo para vosotrxs, a vuestro aire, a vuestro ritmo, con vuestras costumbres y gustos y en los que el cuñado no os mire con ojos suplicantes con la pelota y las palas en la mano.
Mucho tiempo de pareja.
En el lado opuesto al anterior, tenemos las parejas que están acostumbradas a no verse casi y, cuando se encuentran con tanto tiempo juntxs se ahogan y les sobrepasa. A veces es porque la pareja no funciona, otras porque sencillamente se han acostumbrado a una independencia tal que cuesta contar con el otro y otras es porque tienen la mentalidad de «si tenemos tiempo libre lo tenemos que pasar el 100% juntos» para subsanar el tiempo que no se dedican habitualmente. Y no funciona.
Opciones: replantearse si queremos estar en pareja, recordar que, aunque se esté de vacaciones y en pareja, aún se dispone de tiempo individual y que no hay nada malo en utilizarlo sino que puede ser muy sano y tener en cuenta que el tiempo en pareja es como el de sueño, no se recupera mágicamente y, no porque durmamos 15 horas seguidas, nuestro cuerpo va a dejar de notar el desgaste de haber estado una semana durmiendo 2 horas.
Los niños.
Si a la pareja le sumamos que tiene hijxs que están ociosxs y abiertxs a intentar ocupar todo su tiempo libre -y el que no también-, es normal que surjan disputas tanto a nivel de cuidados, como de horarios, de planes y opciones.
Lo ideal es que la pareja esté de acuerdo en qué se va a invertir el tiempo y, MUY IMPORTANTE, que no se olviden de que son pareja, que encuentren esos momentos para dos, esos momentos a solas para disfrutar sin nada más aunque sea cuando los peques duermen. Ese tiempo de pareja que parece que se difumina y que nunca tenemos que dejar que desaparezca.
Poderoso caballero es Don Dinero.
Dependiendo de la situación económica de cada unx, de sus posibilidades, las vacaciones cambian, hay quienes se fugan un mes, hay quienes se escapan 2 días y muchas veces el mero hecho de creer que es poco hace que no lo disfrutemos cómo podríamos. También están las parejas acostumbradas a lo mejor a un tipo de destino vacacional que ahora por lo que sea no pueden alcanzar. Da igual.
Las vacaciones solo indican una cosa: tiempo para ti, para vosotrxs, para dedicarlo como quieras así que da igual un día que 20, disfrútalo. Y si no puedes irte a ningún sitio disfrútalo en casa que luego bien que pagarías por dormir esos 5 minutillos más o por poder comer en casa o disfrutar cualquier cosilla que en el día a día te cuesta más, ¿verdad?
Aprovechemos las vacaciones, disfrutemos del día a día y que ningún «pero» se ponga en nuestro camino.
Vacaciones.
Tu pareja.
Tú.
Un viaje.
PLANAZO.
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NOTA: Este artículo lo escribí para Salud Butragueño y se publicó por primera vez en Diciembre 2016 (podéis verlo pinchando aquí) pero he querido ponerlo aquí porque está tal y como se concibió, sin editarlo 🙂
Etiquetas: discusiones de pareja, familia, hijos, pareja, problemas, terapia de pareja, tiempo, vacaciones