1. El fracaso es aprendizaje. Todos podemos fracasar en algo, de hecho, si te paras a pensar en alguna persona que admires seguro que esa también ha fracasado en algo, es normal, no somos perfectos (¡ni ganas!) y para aprender también hay que equivocarse. Así que no le des tantas vueltas, no te quedes tumbado en el suelo después de la caída, levántate y mira hacia el futuro e intenta no volver a tropezarte en la misma piedra. Eso si, también asume que los seres humanos somos expertos en eso por lo que, si así fuera, tampoco seas tan dura/o contigo.

2. Ponte fechas límite. Somos así, muchas veces «dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy» porque hay cosas que dan pereza hacer no tenemos a alguien que nos haya puesto una fecha límite para hacerlo… ¿y si lo hacemos nosotros? ¿y si en vez de vivir con un «consumir preferentemente antes de…» vivimos con una «fecha de caducidad» en nuestras acciones? nos quitaríamos muchas cargas de encima y viviríamos más tranquilos y relajados. Además, ya sabéis como son estas cosas, basta que no hagas algo para que te venga a la cabeza en los momentos más inoportunos, como por ejemplo, cuando nos intentamos dormir. Un, dos, tres… responda otra vez.

3. No te rayes. Repetir pensamientos constantemente no es bueno porque al final conseguimos agrandar los problemas y disminuir las alegrías. Si te descubres pensando una y otra vez lo mismo puedes probar dos cosas, o ponerte a hacer algo que no tenga nada que ver con el tema en el que estás pensando o pensar en algo totalmente diferente. Esto último a veces cuesta más pero es cuestión de práctica o de tirar de buenos recuerdos y planearte un viaje sideral a las cosas bellas que has vivido.

4. Be honest, my friend. No te engañes, no te inventes, se sincero y, si hay algo de ti que no te gusta, cámbialo. Y también se honesto con los demás, expresa lo que piensas y opinas con asertividad y recuerda lo que dijo Mark Twain «si dices la verdad, no tendrás que acordarte de nada».

5. Lee algo que te inspire. Muchas veces no paramos en todo el día y al final leemos o cosas relacionadas con el trabajo o con la situación que estamos viviendo (pobres parejas embarazadas saturadas de información) o noticias, etc. Lee cosas diferentes, abre tu mente a nuevos mundos… Si estás leyendo esto ya es un buen paso 😉

6. Quiero, no debo. Simplifica, déjate tiempo para ti y tus cosas, no dejes que los «quiero» se conviertan en «debo». Aleja el estrés y disfruta.

7. De el miedo a la acción. Cuando sientas miedo no dejes que éste te controle, pasa a la acción: intenta hacer algo y, si puede ser, positivo mejor.

8. Sólo buenas vibraciones. Hay gente que es como si absorbiera el oxígeno de las habitaciones, te roban la alegría y la energía, encuentran un problema para cada solución por norma general… aprende a decir adiós a esas personas negativas y tóxicas.

9. Perdón. El mal entendido orgullo nos hace a veces tragarnos nuestra propia lengua antes que reconocer que nos hemos equivocado o pedir perdón por un hecho o palabra que han hecho daño a alguien. Recordemos el punto 1 de este post: «todos nos equivocamos» así que, si lo has hecho, asúmelo y pide perdón y verás como hace que te sientas mejor.

10. ¡Viva la creatividad! Hacer algo creativo estimula nuestro cerebro. Con esto no me refiero a que pintes una obra de arte o escribas el próximo bestseller (¡o si!) sino que hagas cualquier cosa que despierte tu cerebro ya que la creatividad la encontrarás desde pensar una idea nueva, una solución para algún problema hasta en preparar una cena. Sólo con pensar en algo que hacer tras leer este punto ya despierta tu creatividad y tu cerebro, así de fácil, ¿ves?

11. ¿Qué es el éxito? Plantéatelo, busca tu propia definición, ¿qué es para ti? ¿salud? ¿poder? ¿amor? ¿trabajo? Se nos inculcan muchas cosas y muchas personas se encuentran con una meta marcada: trabajo + pareja + hijos + perro (y, ya puestos) + casa en la playa. ¿Eso es lo que realmente quieres? Mira en tu interior, descubre lo que te motiva, lo que te va a hacer feliz y desecha lo que te sobre y añade lo que te falte a la ecuación, no vaya a ser que te veas resolviendo ese «problema matemático» y descubras que no era lo tuyo.

12. Da y recibe afecto. Físicamente con tu pareja, amigos y familia. El contacto físico nos ayuda a reducir la ansiedad y a crear lazos más fuertes con lo que nos rodea, ¡¡además de subir el ánimo!! ¿quién quiere un abrazo? 🙂

13. Adiós a las pérdidas de tiempo. Internet, juegos, televisión… está bien durante un rato, incluso si me apuras, una «panzada» de vez en cuando pero no dejes que toda tu vida se vaya con ello, sal, relaciónate y, como se suele decir, que te de el aire.

14. Igualdad. No te compares, no midas con doble rasero, no me vale eso de que excuses determinadas cosas en otras personas y a ti no te las perdones ni de broma o viceversa. No eres superior ni inferior a nadie, ve a todo el mundo como lo que son,  tus iguales, no juzgues en función de su apariencia, inteligencia o de si le gustan más los espaguetis carbonara o boloñesa.

15. Gracias. Tan sólo 7 letras y menos de un segundo en pronunciarse, ¿quien da más? Muchas veces damos cosas por hecho, sabemos que nuestra pareja se va a encargar de X tarea, que el conductor del autobús nos va a dejar en nuestra parada, que la de la panadería nos saludará con una sonrisa y que el barrendero limpiará nuestra calle pero ¿cuántas veces hemos dado las gracias por todo esto? Probablemente la primera a menudo (y sino «tironcito de orejas» de mi parte) pero las otras ya es más difícil. Acércate a esa persona que hace más fácil tu vida, que ayuda a que todo esté mejor y dale las gracias. Si, a lo mejor piensa que has consumido algún tipo de droga porque desgraciadamente no es nada habitual pero también le harás sentir mejor y ¿te digo un secreto? hacer sentir mejor a alguien te hará sentirte mejor a ti.

Muchísimas GRACIAS  a todos por estar ahí.

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