Despedida

Despedida

Hoy he tenido que dejarte en sueños. He vuelto a aquel tiempo en el que éramos juntos. En el que existíamos al mismo tiempo y compartíamos un futuro. Te he mirado a los ojos. Te he dicho que te quiero, te quise y te querré. Te he dicho adiós. Y he despertado. He recordado cuando me lo dijiste tú. He tenido que esperar todos estos años para hacerlo yo. No porque te echase de menos, ni porque quedase algo pendiente. Tal vez porque, a veces, nuestro corazón no va al mismo ritmo que nuestra cabeza. Y a pesar de que han pasado años desde que se cerró esa etapa, parece que la información tarda en llegar al subconsciente. Y ahí estabas junto a los olores que me transportan a la infancia, junto a las canciones que no recuerdas pero que, al escucharlas de nuevo, te pones a cantar, junto a un montón de ropa para lavar. Y te he soñado. Como eras, como eres. Con todo lo hermoso y bonito que tienes dentro. Y me siento orgullosa de esos momentos que compartimos. No eres tú, soy yo. Hasta siempre. 〰️ ——– Te espero en Instagram...
Sentir

Sentir

Hace un año me estaban poniendo una placa en el peroné por una fractura (uuups! ?) y ahora llevo esa misma placa en el llavero de recuerdo. Acompañada de una cassete y un vikingo islandés tomando helado. Lo típico. Y es que a lo largo de la vida te van a suceder muchas cosas. Algunas preciosas, otras horrorosas y muchas que estarían en la escala de grises entre las dos. No puedes decidir qué va a suceder siempre. Pero si cuál va a ser tu actitud ante lo que ocurra. Llora hasta que se acaben las lagrimas, ríe hasta que te duela todo de tripa a garganta, cáete y levántate o cáete y croquetea por el suelo. Haz todo lo que sientas. Al final lo importante no es tanto vivir sino sentir ⚡️ ——- Te espero por Instagram:...
Intolerante a ti

Intolerante a ti

Perdona… pero no me siento bien. Hay personas que son intolerantes a la lactosa, al gluten y/o a la fructosa. Yo soy intolerante a tus excusas, a tus ‘la próxima vez’, a tus palos de ciego, a tus ‘nos volveremos a ver’. A tu piel, a tu cuerpo, a tu mirada que expresa todo lo que tu boca no se atreve a decir. A tu miedo a mirarte dentro, a tus quejas sin buscar una solución. A tus espacios, tus tiempos, tus, tus, tus, tus. Cuando repites mucho una palabra deja de tener sentido. Cuando te repito en mi cabeza te sucede lo mismo. Perdona… pero no me sientas bien. ———- ¿Nos vemos por Instagram?...
Aprendí de ti

Aprendí de ti

Aprendí de ti que hay que buscar a alguien a quien realmente quieras para ser feliz. Aprendí de ti que las emociones no nos hacen vulnerables sino fuertes. Aprendí de ti que trabajando se puede llegar a muchos sitios. Aprendí de ti que si no existe una palabra está bien inventarla. Aprendí de ti que los hombres y las mujeres son iguales. Aprendí de ti a valorar el dinero por lo que nos permite hacer y vivir pero a ser generosa con él y no darle una importancia que no tiene. Aprendí de ti que leer era vivir. Aprendí de ti que escribir solo por el hecho de hacerlo ya es mucho. Aprendí de ti que a los de Calatayud se les llama bilbilitanos. Aprendí de ti que viajando se aprende.
Aprendí de ti que la lealtad es importante. Aprendí de ti que hay mucho más en este mundo que lo que ven nuestros ojos. Aprendí de ti a vivir con música y a bailar agarrada. Aprendí de ti que las palabras siempre y nunca hay que utilizarlas con cuidado pero también aprendí de ti a no tener miedo a hacerlo. Aprendí de ti a apreciar las amistades. Y aprendí de ti que no toda mi familia tiene que tener mi sangre. Aprendí de ti muchas cosas hermosas. También aprendí de tus errores. Para cometer los míos. Y aprendo. Todavía aprendo. Y espero nunca dejar de hacerlo. Te quiero,...
Dar

Dar

A veces una se cansa de dar. Dar y dar y dar, sin recibir nada a cambio. Y no es que des para recibir pero es que esperas que alguna vez se note. Que se note que eres de verdad. Que se note que no te vendes. Que sabes que haciendo así o asá vas a conseguir más resultados pero que como eso no eres tú, no lo hagas. Y mientras ves la hipocresía subir y ser recompensada. ¿Y que haces? Dar. Porque es lo que te sale, es lo que te nace. Y porque en el fondo solo quieres contentar a una persona. Serle fiel. No traicionarla ni decepcionarla. Y te miras al espejo y sonríes. Porque todo esto lo has dado por ti. Para ser feliz. Y ya te importa nada aquello que te preocupaba porque eres así. Sencillamente, eres feliz. Así que da. Da como si no hubiese un mañana lo que te salga de dentro. Da ese abrazo, ese beso, ese gesto de ánimo, esa mirada de apoyo. Da también tu ceño fruncido, tu pie izquierdo y tus días malos. Da y no lo pienses. Como hasta ahora. Que se rían, que te comprendan, que se queden o se vayan. Da igual. Porque te das. Y eso es muy grande. Eso es...

¿Y si no puedo con todo?

Muchas veces nos cargamos a nuestras espaldas nuestras mochilas y las de los demás. De golpe y porrazo pasamos de ser un ser humano más a la persona sobre la que se sustentan hasta las leyes de la física. Hay veces que lo vemos, nos damos cuenta de lo que ello supone, abrimos los ojos y decidimos querernos y cuidarnos. Otras veces hemos pasado de nuestras señales de alarma, hemos ignorado todo lo que indicaba que no podíamos seguir por ahí, nos hemos dicho que podemos seguir adelante, nos hemos exigido una sonrisa cuando no apetecía y hemos llenado el tiempo de millones de cosas para no darnos cuenta de que no podemos más. Hasta que algo nos hace parar de golpe y nos obliga a abrir los ojos y a mirar hacia adelante. Sin alternativa. Lleguemos por nuestra cuenta u obligadxs por personas o circunstancias casi siempre nos encontramos lo mismo. Nos damos cuenta de que hace tiempo que nos hemos ignorado y que, si nos pudiésemos llamar a nosotrxs mismxs, comprobaríamos que tenemos cientos de llamadas perdidas, mensajes en el buzón de voz y whatsapps sin contestar. Hemos pasado de las señales de alarma porque en esta sociedad de postureo y hastags el de #nopuedomás no se lleva. Porque sentimos que no tenemos derecho a cuidarnos o que somos egoístas si lo hacemos. Si no tienes trabajo es porque no lo has buscado. Si no estás contentx con el trabajo que tienes «no tienes derecho a quejarte» -¿perdona?- porque «al menos tienes trabajo». Si tu relación de pareja no te satisface es porque «pides demasiado» y si...

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