Hay cosas que no te enseñan en la carrera. Hay cosas que solo la vida hace que aprendas.
La semana pasada se murió P.
P es -era- mi paciente.
P era californiano y, pese a la diferencia horaria y de idioma, conseguimos que la terapia funcionase. El otro día un accidente de tráfico se lo llevó con tan solo 37 años y en mi cabeza resuena el eco de las palabras de su pareja que me ha llamado hoy para contármelo. «He’s gone«.
Todos vamos a morir, lo sé, lo sabes, lo sabemos.
La verdad es que no me había planteado que un día alguno de mis pacientes podía morir. Sinceramente, es un momento difícil, extraño, es una situación que me deja congelada porque conocía a esa persona y ahora ya no está, se fue.
Esto no me lo enseñaron en la carrera.
Se que algunas personas piensan, cuando acuden a terapia, que somos un poco robots o extraterrestres y que no nos importan realmente. Seguramente existirá gente así que se mueva por dinero o vete tu a saber -hay de todo en este mundo- pero, afortunadamente, para la mayoría de nosotros sois personas, no sujetos y deseamos lo mejor para vosotros.
Hay cosas que no te enseñan en la carrera. Hay cosas que solo la vida hace que aprendas.
Buen viaje, P.
Eres la mejor. Gracias por ayudarme a quererme y disfrutar de la vida. Besos
Seguro que tus pacientes saben lo mucho que te importan. Eso es algo que transmites sea uno paciente tuyo o no. Ánimo amiga!
<3
Muchos ánimos preciosa.
Cierto que es algo que no nos planteamos que pueda pasar. Y tampoco esto te lo enseñan en ningún lado… Como dices los pacientes nos importan, no podemos desconectar de ellos porque para nosotras son PERSONAS, así en mayúsculas, y porque para ellos somos parte importante de sus vidas.
Le ayudaste un montón, y lo sabes. Era más feliz gracias a ti.
Te mando un achuchón gigante.
¡Gracias a todos! 🙂