Seguro que alguna vez te han entrado ganas de ir al baño de camino a casa.
Lo primero que piensas es ¿porqué no hice pis antes de salir?
Lo siguiente es apretar el paso e intentar entretener tu cabeza con cualquier cosa.
A veces una canción.
Otras la preparación de las llaves en la mano para no perder ni un segundo.
Incluso hay quien se va desabrochando durante los últimos metros.
Y quien tiene que tirar de la mano para ayudarse a ‘hacer tapón’.
¿Y qué sucede mientras estás abriendo la puerta? Que la urgencia se multiplica por mil.
Da igual que las ganas las hayas sentido desde hace 10 minutos que 2, cuando estés más cerca de tu meta vas a sentir el mismo apremio.
Lo mismo sucede con los cambios que deseamos.
Puedes haber tardado bastante tiempo en decidir hacer ese cambio o haber tomado la decisión en un intervalo corto de tiempo, lo mismo da, es normal que cuanto más te acerques a la meta más nervios sientas.
Que te de la sensación de que el tiempo se enlentece y estira como si fuese un vídeo a cámara lenta.
Que te sature más tu situación presente cuando ya tienes la mente en tu futuro.
Que pienses ‘ya no aguanto más’ o mensajes del estilo.
Así que recuérdalo: cuánto más cerca lo que anhelamos más parece que tarda en llegar.
Pero llega.
Y qué bien se siente 😌
Etiquetas: ansiedad, emociones