por MartaGPeris | Ene 11, 2018 | educación sexual
La experiencia en el campo sexual no tiene título. No hay nadie que acredite horas. No subes de nota en función del número de parejas/ encuentros que hayas tenido. Y de hecho, esto no garantiza que seas mejor ni peor. Tenemos tan olvidado el terreno sexual en nuestra sociedad que a veces nos parece que somos como Sócrates y su ‘solo sé que no se nada’. El sexo se utiliza para vender, para dar connotaciones, sexualizamos hasta lo no sexualizable y lo sexuado lo pasamos por alto. ¿Qué es la sexualidad? ¿Es tener pareja? ¿Es masturbarse? ¿Es follar? La sexualidad es todo. Es una mirada, un gesto, un pensamiento, las imágenes que suceden por tu cabeza cuando te -le- desnudas, los nervios ante el encuentro, el escalofrío por la espalda, las ganas de besar, las ganas de sentir… La sexualidad es algo bello que han intentado estigmatizar. Hay quienes lo han convertido en pecado, otros en un arma de poder, hay quienes la usan para someter y los hay que piensan que es algo perverso. Cuando la perversión es lo que están haciendo con ese pensamiento. El sexo es sentir. Es conocer. Es comunicación no verbal y descubrir el mundo a través de los sentidos. Y para hacerlo no se necesita experiencia. No te hagas pequeñitx porque no hayas hecho A o B. No eres menos si has estado con una única persona ni si has estado con 100. Porque la realidad es que cada persona es diferente. Cada una tenemos nuestro cuerpo, nuestro olor, nuestro ritmo, nuestro gusto. Y cada persona con la que te encuentres va a...
por MartaGPeris | Ene 4, 2017 | escritos
Te fuiste y me quedé esperando. Dijiste que no volverías, que no había nada que hacer, que ya nuestro tiempo había pasado. Que había terminado. Te ofrecí un tiempo -en el que no creía-, te dije que estaría aquí si regresabas, que no me movería. Te fuiste y me quedé pensando. Al día siguiente me levanté con el regusto del café. La vida era diferente, la luz había cambiado, la ducha no reconfortaba como antes y pensé que nunca más volvería a tener algo así. En eso no me equivocaba, cada relación es única, cada momento genuino y cada pareja -persona- escribe un capítulo diferente en el libro de tu vida. Pasaron horas, pasaron días y, al final, el tiempo todo lo cura. Las heridas que no cerraban, sanaron. Los pensamientos que no se iban, cambiaron. Las posibilidades que no encontraba, aparecieron. Las oportunidades para seguir adelante, las creé. Te fuiste y me conocí. Pensé en mí como nunca lo había hecho. Me quise, me cuidé y me consentí como nunca. Y me di cuenta, de que me caía bien, que me llevaba bien conmigo misma y que estaba dispuesta a vivir así el resto de mi vida. Te fuiste y crecí. Quedaron millones de historias, de momentos, de todo lo que aprendí contigo, de todo lo que descubrí de mí. Quedó muchísimo amor que guardé bien. Te fuiste y nos veíamos. Y mucha gente levantaba una ceja, porque con «los ex» no se habla. Como si perteneciéseis -perteneciésemos- todos los que sois -somos- «ex-algo» a un grupo que no tiene permitida la entrada en algún sitio. Porque parece...