Tampones y compresas como contrabando

Tampones y compresas como contrabando

Todas lo hemos hecho. Tenías la menstruación en el colegio y entrabas en modo ninja. Aprovechabas las sombras para recorrer el pasillo lo más rápido posible, entrabas en clase tras comprobar que tus compis seguían en el recreo y ahí no había nadie. Te acercabas a tu mochila y buscabas un tampón que ponerte mientras mantenías alerta tu ‘sentido arácnido’ por si a alguien se le ocurría entrar y te preguntaba eso tan cruel y temido… ‘¿qué haces?‘. Hay personas sin compasión. Rebuscabas: 2 bolis -uno sin tapa y otro con ella pero bien mordida-, un folio arrugado, la notita que te pasó no sé quién, el envoltorio de un chicle, gomas de pelo que probablemente no eran tuyas -las tuyas estarían en otras mochilas y lo sabes-, un clip, la goma de borrar, un sacapuntas roto y… ¿qué es lo que hay más al fondo? ¡ah! ¡si! el PÁNICO. Pánico al ver que no has traído ni tampón, ni compresa ni apaño en su ausencia –todas hemos ido por la vida en un momento dado con un pañuelo desechable, papel higiénico o una servilleta aunque no solamos hablar de ello. #truestory Inmediatamente huyes de ahí como si no hubiera un mañana buscando a tus amigas mientras te imaginas como Carrie en su fiesta de fin de curso. Haces contacto visual. Se alarman. Te acercas al oído de la que tienes más cerca y casi sin movimiento, cual ventrílocua, le preguntas si tiene un tampón o compresa. La respuesta es no. Pasas a la siguiente y empiezas de nuevo la misma operación. Mientras, alguna persona te ha preguntado algo...
Cómo manejar la culpa tras una infidelidad

Cómo manejar la culpa tras una infidelidad

Cuando escribí un post sobre la infidelidad (lo podéis recordar pinchando aquí) hubo una parte que se me quedó en el tintero y no quiero dejarlo escapar ya que es algo que pasa mucho: la culpa de la persona que ha sido infiel. Siempre que hablamos de infidelidad tendemos a pensar en la persona «traicionada» pero pocas veces nos paramos a pensar en ese monstruillo que es la culpa que se queda con la persona que lo hace y la verdad es que es muy común. Esta culpa se acentúa más cuando, la persona que ha cometido la infidelidad, se ha sincerado y ha sido perdonada. Mucha gente pensará “¡si te han perdonado no le des más vueltas!” pero la realidad es que es en momentos como esos en los que la culpa sigue ahí y aparecen sentimientos del tipo “no me lo merezco”, “¿por qué lo hice?” y el miedo a que se vuelva a repetir. Si, ya se que se suele pensar que ese miedo tendría que ser del que lo ha “sufrido” y no del que lo ha hecho, pero el miedo es libre y en una pareja ninguno de los miembros tiene la exclusividad del dolor.   ¿Qué hay que hacer en estos casos?   PERDÓNATE Si tu pareja lo ha hecho ¿por qué no puedes tú?. Piensa que somos humanos y como tales cometemos errores pero también aciertos y no tenemos que dejar que lo primero empañe lo segundo…   QUÍERETE Muchos arquearéis una ceja y pensando que me he vuelto loca, que el que se ha llevado el “golpetazo” en la autoestima es el otro, pero esto no...
Masturbación culpable

Masturbación culpable

Ilustración de Ninde para PK Oioioioioiiiiiiii… ¿pero dónde tengo la cabeza? Si ya casi se acaba Mayo y no he compartido con vosotrxs el artículo que escribí en Proyecto Kahlo este mes. ¡Que desastrito! 😛 Este mes el tema era la culpa y por ello en él os hablo de la masturbación culpable porque hay personas que no disfrutan del autoerotismo porque la culpa las persigue. Así que no os lo perdáis y que la culpa NO os acompañe. Podéis leerlo pinchando...

Tú no tienes la culpa

Me encanta responder a las consultas que me hacéis llegar tanto por aquí como las que «me tocan» de Proyecto Kahlo, me parece un lujazo que sintáis la confianza suficiente para abrir una ventanita a vuestro corazón, a esos pensamientos que no habéis compartido con nadie por miedo a que os juzguen. Me apasiona leer lo que decís e intentar ayudar pero me rompe el corazón como, cuando hay situaciones tan horrorosas como son las violaciones de por medio, soléis atormentaos por lo que hicisteis mal en ese momento y cerráis las puertas al futuro, a vuestro propio futuro. Para vosotras, para ti, es este texto. Tú no tienes la culpa. No has hecho nada para merecerlo, no lo has provocado, no eres tú la que lo ha pedido, se te ha impuesto y se te ha pedido que lo tomes o lo dejes o lo tomes. Sin opciones, sin preguntas, sin tratos, sin acuerdo. Y te lo llevaras allá donde vayas, ira siempre contigo, te perseguirá por el día, aparecerá en tus pesadillas pero tú puedes con esto y con mucho mas. Eso no era sexo, quítatelo de la cabeza, eso no es sexualidad, eso no tiene nada que ver con lo que te puedas encontrar con tu pareja. Eso era violencia, pura violencia. Perdónate todo lo que te has echado encima porque no elegiste que te pasara eso, no levantaste la mano deseando que te escogieran, porque tu NO es un no definitivo lo digas como lo digas: chillando, susurrando, arañando, gesticulando o murmurando. Las relaciones no son eso, tener una pareja no es eso, hacer el amor no es...

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