Music in the air

Hace ya unos días me comentaba un amigo que podía escribir sobre la música en el terreno sexual, pues bien, aquí estoy. La música no es esencial para que una relación sexual sea satisfactoria, no es requisito indispensable, sin embargo es un elemento que puede ayudarnos en numerosas situaciones. Es indudable que la música hace que se cree un clima específico y, por ello, escucharla puede ayudar a que las personas entren en clave erótica. En muchos sitios (libros, revistas, internet) aconsejan música suave y seductora para todo esto o música neutra que no te vaya a transportar a otro sitio: que si Sade, que si bandas sonoras como la de Gladiator, que si un streaptease con «You can leave your hat on» de Joe Cocker, etc. no voy a ser yo la que diga que no, pero por favor, un poco de originalidad y menos clichés, mejor utilizar música que oigamos habitualmente, es decir, que nos guste realmente y no sólo aquella que el cine o nuestro entorno haya decidido que debamos usar. Lo de que sea lenta o rápida ya va en cuestión no sólo de gustos sino del momento, ya que en momentos precisos, una música relajada nos puede llevar a detenernos y recrearnos a su son y en otros, una canción más movida puede hacer que la pasión se libere de forma sorprendente. Ahí ya se sabe: para gustos los colores. De hecho, el ritmo de la música nos puede ayudar en lo que queramos conseguir, me explico, si una pareja quiere durar más realizando el coito, una canción más lenta le ayudará a conseguirlo...

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