¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Acabo de volver de ver la última película de Woody Allen: «Midnight in Paris» (os la recomiendo al 100%) y me he quedado pensando en aquella frase repetida hasta la saciedad y que ya chirría: «cualquier tiempo pasado fue mejor«. Esa idealización absurda que tenemos los seres humanos de pensar que en tal año o tal época las cosas eran más fáciles, se vivía mejor, etc. Claro! porque no te ha tocado vivirlas! Y esto lo traslado a las parejas…seguro que más de uno conocéis a alguien que vive con el lastre de una relación pasada. Y digo lastre porque ese sentimiento-pensamiento lo lleva a todas partes consigo, incluso a nuevas relaciones. Hay que saber cerrar puertas y no dejarse arrastrar ni por «lo bueno que fue aquello y ya no lo tengo» ni por «que mal lo pasé con Fulanito«. Hablando de esto no se me ocurre que mejor manera de expresarlo que con un texto de Paulo Coelho que descubrí hace ya unos años. Espero que os guste…   Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente «revolcándote» en los por qué, en devolver el cassette y tratar...

Habitación en Roma

La palabra normalizar, tan de moda en estos tiempos, me dio el «empujón» que necesitaba para acercarme a ver la última película de Julio Medem. Después de años viendo estereotipados modelos homosexuales ¿por fin nos encontraríamos con algo más? , ¿con una historia entre personas?. No, me temo que no. La película empieza y termina con clichés. La presentación, dos mujeres, una de ellas Alba (Elena Anaya) lesbiana y, por ello, dotada del atuendo «habitual»: vaqueros y camisa de cuadros acompañados por un corte de pelo completamente masculino. La otra mujer, Natasha (Natasha Yarovenko, si, no le dió muchas vueltas a lo del nombre) una mujer heterosexual completamente «femenina», con pelo largo, vestidito, tacones, etc. Hasta tal punto lo remarca que incluso vistiéndolas de la misma forma podemos ver como el cinturón del albornoz de una ciñe la cintura mientras que el otro cae recto en un corte mucho más masculino. No sólo el vestuario es lo que lo marca sino la actitud, ya que durante toda la película se las ve como hablan y se manifiestan desde el patrón rol masculino-rol femenino y ya son ganas de alimentar la idea de que, en una pareja homosexual, uno de los dos tenga que optar por un rol u otro. No dejemos que la idea de la «pareja tradicional» con la que hemos crecido nos haga ver todo desde el punto de vista completamente heterosexual. Nos encontramos con perlitas como «te voy a sacar el mayor de los orgasmos»…que manía con dejar la satisfacción de uno en manos del otro y, además, ¿de donde los saca? ¿tenemos una cajita por...

Eyes Wide Shut

No se si será por la campaña publicitaria que se hizo sobre las escenas íntimas entre Tom Cruise y Nicole Kidman (pareja en el momento del rodaje), por ser una película de Stanley Kubrick o porque éste murió tras su rodaje, pero Eyes Wide Shut se ha convertido en una película de las que «hay que ver». No lo hagáis por el morbo o la expectación ante escenas especialmente libidinosas ya que esto no es lo que vais a encontrar, el mundo que nos presenta Kubrick es angustioso y oscuro, más que erótico es inquietante y, en algunos momentos, surrealista como si se tratase de un sueño o, mejor dicho, una pesadilla. La película arranca con la relación de pareja de ellos, en un marco en el que los halagos y el deseo se han perdido, todo se ha vuelto habitual entre ellos y buscan fuera de la pareja lo que dentro creen que no pueden encontrar, eso si, los dos de la misma forma, seduciendo pero sin llegar a llevarlo a cabo. Los celos terminan por remover esta relación y, a partir de ahí, se nos presenta un amplio abanico de posibilidades sexuales, pero todas ellas vistas desde el miedo (Vemos referencias al SIDA, a la Necrofilia, a la Pedofilia, a las orgías,…), a mi me gusta pensar en la película, como la lucha interior de una persona que se ve frente a un abismo y no sabe por donde tirar. La escena de la orgía es uno de los pilares de la película y, yo creo, que con ella Kubrick nos da su opinión sobre el sexo...

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