por MartaGPeris | Dic 13, 2012 | escritos
Las fiestas de navidad son habitualmente fiestas muy bonitas, llenas de ilusión, vacaciones, niños en la calle, reuniones de familia, reencuentro con amigos, etc. pero también tienen el otro lado de la moneda…y es que esa magia que desprende puede hacer mucho daño cuando uno está triste en estas fechas. El «Síndrome de la silla vacía» es el nombre que se le ha dado a la primera navidad en la que esa persona no está, ya sea el padre, madre, hermano, abuelo,hijo,… y es que en momentos de supuesta alegría y felicidad siempre contrasta y se hace notar aún más la ausencia de un ser querido. Desgraciadamente sufrir este síndrome a lo largo de la vida es prácticamente inevitable y mucha gente opta por no celebrar la navidad, no cenar en familia, etc. Los momentos de duelo son duros y para algunos esa huída puede ser una gran salida mientras que para otros simplemente es un aplazamiento de ese duelo al que se volverán a enfrentar al año siguiente.Yo lo que recomendaría es celebrar estas fiestas recordándole acompañados de familia o amigos. A lo mejor al principio no te apetece y si es así y lo que quieres es pasarlo a solas estás en tu derecho ¡por supuesto! pero probablemente, si te das ese pequeño «empujoncito» hacia delante, al final lo agradezcas. Otro consejo sería permitirte sentir libremente, ¿que quiero decir con eso? que mucha gente, cuando está en fase de duelo, se siente mal si se ríe o se alegra de algo, le parece algo egoísta y feo hacia el que ya no está pero, seamos claros, somos...