Me encanta responder a las consultas que me hacéis llegar tanto por aquí como las que «me tocan» de Proyecto Kahlo, me parece un lujazo que sintáis la confianza suficiente para abrir una ventanita a vuestro corazón, a esos pensamientos que no habéis compartido con nadie por miedo a que os juzguen.
Me apasiona leer lo que decís e intentar ayudar pero me rompe el corazón como, cuando hay situaciones tan horrorosas como son las violaciones de por medio, soléis atormentaos por lo que hicisteis mal en ese momento y cerráis las puertas al futuro, a vuestro propio futuro.
Para vosotras, para ti, es este texto.
Tú no tienes la culpa. No has hecho nada para merecerlo, no lo has provocado, no eres tú la que lo ha pedido, se te ha impuesto y se te ha pedido que lo tomes o lo dejes o lo tomes. Sin opciones, sin preguntas, sin tratos, sin acuerdo.
Y te lo llevaras allá donde vayas, ira siempre contigo, te perseguirá por el día, aparecerá en tus pesadillas pero tú puedes con esto y con mucho mas.
Eso no era sexo, quítatelo de la cabeza, eso no es sexualidad, eso no tiene nada que ver con lo que te puedas encontrar con tu pareja. Eso era violencia, pura violencia.
Perdónate todo lo que te has echado encima porque no elegiste que te pasara eso, no levantaste la mano deseando que te escogieran, porque tu NO es un no definitivo lo digas como lo digas: chillando, susurrando, arañando, gesticulando o murmurando.
Las relaciones no son eso, tener una pareja no es eso, hacer el amor no es eso, tu futuro no es eso y no por haber vivido esa experiencia eres menos, no por haber sufrido te mereces menos.
Porque recuerda una cosa:
Tú no tienes la culpa y te mereces todo lo mejor.
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