Con este título no os esperéis encontrar una entrada sobre la prostitución de lujo ni nada parecido. Al hablar de «venderse muy caro» me refiero a aquellas personas que aparentan ser de una manera sólo para así intentar agradar a otras. Eso, al final, sale caro.
He visto y oído de todo, desde el que deja de quedar con los amigos hasta el que se hace vegetariano ¿y todo por qué? porque así piensa que conseguirá el cariño de alguien.
Muchísima gente se vende muy bien como si de un avispado comercial se tratara, y termina siendo una gotita de agua a ti o, como muchas veces se dice, tu «media naranja» pero eso si, luego puedes descubrir que esa naranja está podrida o, incluso, que es otro tipo de fruta como un kaki o un nispero gigante.
Que a ESA PERSONA le gusta el cine ruso, pues a mi también me gusta. Que a ESA PERSONA le gusta hacer yoga, pues yo también lo hago. Que le gusta mirar por la ventana mientras escucha rancheras…¡no se me ocurre mejor plan! y ¡¡¡Bingo!!! ESA PERSONA está feliz, ha encontrado a alguien con quien compartir todo, con quien disfrutar de sus gustos y caprichos…pero pasan los días, los meses e incluso los años y un día me encuentro que estoy hasta las narices de esa película rusa en blanco y negro que ni entiendo ni quiero entender mientras por dentro estoy deseando ver E.T. por millonésima vez, que la posturita de yoga estará bien y será buena para la espalda pero que me estresa más que quedarme tirada en el sofá con mi mantita tan a gustito y que las vistas de la casa no son tan alucinantes y menos aún cuando vuelvo a escuchar «allá en el rancho grande, allá donde vivíaaaaaaaaaa» y entonces me enfado, exploto y te lo echo en cara.
Todo esto exagerando, evidentemente, pero quería reflejar lo parodiable que se puede hacer una situación en la que nos hemos metido nosotros solitos.
Hay que quererse más y no dejarse llevar por esa «necesidad» de agradar. ¿Y qué si nos gusta esa persona y no tenemos que ver un pimiento? Si la cosa va a funcionar tendrá que hacerlo siendo cada uno como es.
Dejemos los personajes a las novelas y el cine, seamos nosotros mismos, aprendamos a decir no, aceptemos que nuestros gustos y aficiones son tan válidos como los de cualquier otro -aunque sea una cosa tan absurda como «a mi me encanta lamer las tapas de los yogures»-, queramos a quien queramos y dejemos que nos quieran por quienes somos, no por un dibujo aproximado de nuestro yo idealizado ni por unas pautas que marca el entorno.
No seamos estafadores ni seamos estafados. Se transparente y recuerda que sólo tú eres tú. Quiérete bien para que te quieran mejor.
Eso si…esto es sólo mi consejo.
Etiquetas: decir no, hombre, mujer, pareja, sinceridad
Si me pongo a pensarlo, creo que no he conocido a nadie que no haya finjido ser quién no es para atraer la atención de otra persona, aunque fuera en detalles nímios. Claro que la mayoría pretendía caer bien durante una noche, dos a lo sumo así que la jugada les salía bien. Pero si, intentar ser quien no eres te impide disfrutar y además es mentir al otro. Y ya lo decía Mr T, las mentiras no son buenas.
Un saludo!
PD: Lamer las tapas de los yogures es absurdo si lo haces por la cara que no es 🙂
jejejejeje gracias por tu comentario! 🙂
Totalmente de acuerdo. La mentira puede durar poco tiempo y la sensación de estafa de la otra persona al descubrirlo es mucho peor. Y no solo me refiero a parejas sino también a amigos, conocidos y familiares.
Se tu mismo y que la gente te quiera por como eres, no por la versión idealizada que crees que gustará a los demás. Así acabarás no gustando a nadie.
Muy buen post!!! Enhorabuena!!
Desde luego que tampoco es bueno hacerlo con amigos o familia! pero la verdad es que la gente suele poner más enfasis en hacerlo con la posible futura pareja, al fin y al cabo a los amigos y familiares es más dificil "engañarles".
Gracias por escribir!! 😀
ole y ole!! un gran post marta. me encanta que siempre mandes estos mensajes que seguro ayuden a mucha gente.
y con el toque tuyo inconfundible: habia una rancherita que alegre me deciaaaaaaa 🙂