Las fiestas de navidad son habitualmente fiestas muy bonitas, llenas de ilusión, vacaciones, niños en la calle, reuniones de familia, reencuentro con amigos, etc. pero también tienen el otro lado de la moneda…y es que esa magia que desprende puede hacer mucho daño cuando uno está triste en estas fechas.
El «Síndrome de la silla vacía» es el nombre que se le ha dado a la primera navidad en la que esa persona no está, ya sea el padre, madre, hermano, abuelo,hijo,… y es que en momentos de supuesta alegría y felicidad siempre contrasta y se hace notar aún más la ausencia de un ser querido.
Desgraciadamente sufrir este síndrome a lo largo de la vida es prácticamente inevitable y mucha gente opta por no celebrar la navidad, no cenar en familia, etc. Los momentos de duelo son duros y para algunos esa huída puede ser una gran salida mientras que para otros simplemente es un aplazamiento de ese duelo al que se volverán a enfrentar al año siguiente.Yo lo que recomendaría es celebrar estas fiestas recordándole acompañados de familia o amigos. A lo mejor al principio no te apetece y si es así y lo que quieres es pasarlo a solas estás en tu derecho ¡por supuesto! pero probablemente, si te das ese pequeño «empujoncito» hacia delante, al final lo agradezcas.
Otro consejo sería permitirte sentir libremente, ¿que quiero decir con eso? que mucha gente, cuando está en fase de duelo, se siente mal si se ríe o se alegra de algo, le parece algo egoísta y feo hacia el que ya no está pero, seamos claros, somos humanos y es normal que, aún estando tristes, al juntarnos con los nuestros en un momento riamos o lloremos. No pasa absolutamente nada en ninguno de los dos casos.
¿Qué más podríamos hacer para intentar evitar esa sensación de ausencia? Cambiar algunos de los rituales que tengamos, como por ejemplo donde cenamos o comemos, el qué, con quien, cómo nos sentamos,… Ya sabemos que esa Navidad va a ser diferente ¿qué mas da cambiarla un poco más?
Y por último, dejarle su espacio. No evitar hablar de él o ella porque ya no está, dejar que todo el mundo, tanto adultos como pequeños, expresen lo que quieran, recordarle positivamente ayudará el duelo, además, como dijo Freud «recordar es el mejor modo de olvidar» y, en esta ocasión, olvidaremos el dolor por un momento para recordar todo lo bueno.
Y es que esa silla se ha quedado vacía pero en el fondo siempre estará muy llena y lo sabemos.
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