Las palabras mágicas

 Fuente: Pinterest Seguro que muchos de vosotros sabéis cuales con las palabras mágicas, de hecho más de uno/a seguro que ha «educado» a alguien en ellas y es que es algo que sabemos pero, desgraciadamente, algo que también olvidamos. POR FAVOR PERDÓN GRACIAS Mira que son fáciles de recordar, ¿verdad? y no hace falta que entremos en detalles de cuando y cómo se utilizan, ¿o si? El otro día estando en la cola de un supermercado vi como unos padres «ajetreados» no saludaban a la dependienta, le daban el dinero y se iban a ir hasta que se oyó la voz de su hijo de unos 5 años «¿no le dais las gracias?»… fue como un disparo a bocajarro y los padres se quedaron como quienes miran a Medusa a los ojos, uno de ellos se volvió, sonrió a la cajera y le dijo «muchas gracias, que tenga buena tarde» y ella respondió con una sonrisa de oreja a oreja. Y es que pasa, lo sabemos, lo conocemos pero muchas veces vamos en nuestra burbuja particular y, al estar rodeados de tantas cosas tan automatizadas, nos olvidamos de lo que hay a nuestro alrededor… PERSONAS. Pero no sólo queda aquí ya que, como somos seres de costumbres, muchas veces nos lo llevamos a casa. ¿Hace cuanto no le das las gracias a tu pareja/padres/amigos/hijos/etc. por algo que hacen? y no hablo de algo excepcional sino de algo que hagan en su día a día, alguna de esas cosas que como damos por sentadas parece que pasan desapercibidas. Házlo, plantéatelo, piensa en ello y da las gracias, a todos nos gusta sentir que se valora lo que hacemos, que se...

No te enfades pero…

Seguro que más de una vez alguien os estaba hablando y ha comenzado una frase así o de ese estilo, ¿verdad? ¿Y qué hace automáticamente eso? Exacto, que te pongas a la defensiva, justo el efecto contrario, porque diciéndote que no te enfades de antemano te predispone a escuchar algo por lo que te puedas sentir afectadx. Lo mismo ocurre cuando alguien termina una relación -sea del tipo que sea- y te dice algo como “antes de nada, no quiero que pienses que aquello que pasó hace unas semanas tiene algo que ver” y, en el fondo, lo que te está diciendo es “esto es por aquello… y lo sabes”. Y es que a veces somos transparentes sin querer serlo e, intentando cubrirnos las espaldas, ponemos en bandeja nuestros verdaderos pensamientos. Es como el otro día que coincidí con una persona que, mientras nos tomábamos algo, no hacía más que esgrimir frases sobre la igualdad entre hombres y mujeres y como éstas últimas -si, nosotras- un día llegaríamos a estar a “su altura”. Qué altura es esa no lo se, pero desde luego éste si se cayó desde ahí y se quedó así, debe de ser muy alto. Su discurso en papel era bueno siempre y cuando no terminase sus frases porque cada puntillita final hacía lo que no quería que hiciese: mostrar lo machista que era. Curioso, ¿verdad? ¿Será por esto lo del refrán aquel de “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”? Porque podemos intentar decir todo lo que queramos, podemos cambiar nuestro discurso pero hay un pequeño detalle, que cuando no te crees...

La vagina infiel

Imagen de Fuente Se que el título os puede parecer curioso pero ya he perdido la cuenta de las veces que me han preguntado acerca de esto y es que debe haber algún tipo de rumorología extraña -además de una falta de educación sexual abismal- que dice que se puede descubrir si una persona ha tenido relaciones sexuales con otra por lo dilatada o no que esté su vagina. Antes de nada, desde ya lo digo, la respuesta es NO. La vagina está rodeada de músculos y todo esto hace que se contraiga y se dilate. Cuando una mujer está excitada, además de lubricar, la vagina se dilata, se prepara para un posible coito o penetración. Si la mujer no está excitada o no tiene una predisposición a tener una relación sexual, evidentemente, la vagina se notará más constreñida. Además, independientemente de la excitación, siempre puede haber diferencias en cuento a la percepción de lo “apretada o suelta” que esté la entrada de la vagina porque influyen muchos otros factores: el flujo cambia dependiendo de en que semana estemos respecto a la ovulación, si se está menstruando en el momento y también la postura sexual que adoptemos. Por otro lado, está la idea de que una vagina se puede “cerrar” si no se tienen relaciones sexuales durante algún tiempo, como si fuese un agujero para un pendiente que nos hemos hecho y luego arrepentido. La respuesta sigue siendo NO. Igual que porque no comas no se te cierra la boca, igual que porque duermas los ojos no se te quedan cerrados, igual que porque no introduzcas nada en tu nariz esta sigue...
¿Hablando se entiende la gente?

¿Hablando se entiende la gente?

Uno de los mayores problemas que presentan las parejas de hoy en día (y la gente en general), es la mala comunicación entre ellos. Hay que aprender a hablar, pero aún más importante, hay que aprender a escuchar. No se si conocéis “La Ventana de Johari”, según este modelo, podríamos decir que en una conversación entre dos personas realmente hay más de lo que se ve a simple vista: – La parte visible: lo que las dos personas dejan ver de su forma de ser (Por ejemplo: Él: “soy cariñoso”, Ella: “soy generosa”) – La parte oculta: lo que esconden de si mismas (Él: “tengo miedo al compromiso”, Ella: “soy insegura”) – La parte ciega: lo que cada uno de ellos no ve de su personalidad pero el otro si ve (Él: “ella es muy manipuladora”, Ella: “él es egoísta») – La parte desconocida: lo que ni unos ni otros saben de ellos mismos ni de su pareja. Por nuestras percepciones, juicios e interferencias en el mensaje ya es bastante complicado entenderse pero, si a eso le añades un estado emocional agitado, irritable o a la defensiva, tenemos un bonito cocktail y una gran resaca. Debemos recordar que aproximadamente el 80% de la comunicación es no verbal, por lo que los gestos, mirar al otro a los ojos, una sonrisa,etc. son muy importantes, ya que van a afectar notablemente a que se de o no una buena comunicación y, también, a que haya una buena o mala predisposición. El 20 % restante de esa comunicación sería lo que expresamos verbalmente, pero se ve afectado por múltiples factores, como la forma de expresarlo o el ruido (si estamos en un sitio público o si está la...
En voz alta…

En voz alta…

Hasta que no lo dices en voz alta no es real. Existen momentos que se quedan como en el limbo de nuestra vida, parecen estancados en el tiempo, sentimos el botón de pause apretado en nuestro mando a distancia. Todo ha cambiado pero aún no del todo porque nuestra realidad es una realidad compartida, porque hasta que no hacemos partícipes a alguna persona de lo que está pasando es como si todavía no hubiese pasado. Y nos quedamos parados, porque el cambio asusta, porque a lo mejor no lo buscábamos o porque, aunque sea algo que queremos, muchas veces cuesta dar el primer paso, levantarse de la cama y darte cuenta de tu nueva realidad. Si lo callases quizás permanecerías en ese punto eternamente, quien sabe, igual la vida seguiría avanzando y tú con ella dentro de un envoltorio que ya no va contigo, como el muñeco que se queda eternamente en su caja y que nadie juega con él, inútil, solo. Pero das el paso y lo dices en voz alta y, tan sólo de esa manera, te das cuenta de que has accionado un interruptor y que esa luz nueva ilumina ahora tu vida. Todos lo hemos vivido, todos hemos sentido ese cambio, todos hemos estado en ese momento exacto que parece dividir una vida de otra, que separa con un «clic» el como son las cosas ahora de como nunca volverán a ser. Por eso es normal que a veces nos de miedo decir ciertas cosas. Cuando es algo positivo porque nos da la sensación de que se evaporará a medida que salgan las palabras por...

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