¿El tamaño importa?

Tema peliagudo a tratar ya que muchos hombres se sienten intimidados por su respuesta pero, en realidad, ¿el tamaño importa?. Gracias a vuestros votos, en la encuesta realizada a lo largo de esta última semana, podemos ver como un 31% considera que SI importa, contra un 47% que dice que el tamaño NO tiene importancia. El 21% restante ha querido ser más cauteloso y asume que no lo sabe o que prefiere no contestar. Lo que me gustaría saber a mi, es que cantidad de votos han sido emitidos por mujeres y cuales por hombres. El tamaño SI importa, siempre y cuando estemos haciendo referencia a una relación sexual coital o anal, está claro. En las relaciones sexuales en las que no intervenga, evidentemente, no tiene ningún tipo de importancia, salvo la que ya cada uno quiera darle. Parece que la virilidad del hombre se ha medido siempre en función del tamaño de su miembro, cosa absurda, al igual que una mujer no va a ser más mujer por tener los pechos más abultados o el clítoris de mayor tamaño. Dejemos a un lado la demagogia, el querer ser políticamente correctos, basta ya de repetir que lo único importante es «cómo se mueva» (sin quitarle la importancia a todo esto)…el tamaño del pene, sea muy grande o muy pequeño, va a afectar tanto para bien como para mal. En una relación sexual coital: Dejando a un lado el clítoris, la mayor concentración de terminaciones nerviosas en una mujer, estarían concentradas en la entrada de la vagina. Por este motivo, el que el pene sea largo o corto no tiene...

El clítoris nos va salir muy caro

No me gusta meterme en temas de política, pero ante una noticia así no puedo hacer más que comentarla. Hoy nos encontrábamos en los periódicos que uno de los proyectos a los que irá destinada la ingente cantidad de 26.597 euros (de los más de 845.000 euros que se disponen desde noviembre a «estudios feministas») será para crear un «Mapa de Inervación y Excitación Sexual en Clítoris y Labios Menores; aplicación en Genitoplastia«. No quiero quitarle la importancia y/o utilidad que pueda tener esto, sobretodo para las personas con un diagnóstico en el que esté aconsejada la práctica de una genitoplastia (por ejemplo: intersexualidad, micropene,etc.) pero, sinceramente, no me parece que sea el momento adecuado y, si soy sincera, tampoco el fin de este estudio. Otros proyectos que se van a llevar a cabo son: «Reparaciones europeas contemporáneas y memoria de la esclavitud: esclavas negro-africanas y españolas abolivionistas (siglo XVI al XIX)«, «Topografías domésticas en el imaginario femenino. Una visión comparativa, transnacional y hemisférica«. La verdad, esto hace que me pregunte cómo hemos podido vivir hasta ahora sin estos estudios. En un país en el que el paro va creciendo día a día y el presidente habla de «austeridad» en el Congreso de los Diputados, me parece alarmante encontrarnos con noticias como esta. Está fenomenal para la gente que haya tenido que volver a casa de sus padres, para los que no encuentran trabajo o para los que necesitan ayudas para sus hijos,…¿por qué? porque así sabemos por lo menos donde está el dinero. Esto si que es una buena gestión de los fondos públicos. En fín, recorramos y...

Existe vida más allá del coito

Por mucho que sepamos que una relación sexual implica algo más que un coito e, incluso, puede darse sin la existencia de éste, es muy común que la gente entienda que «mantener relaciones sexuales» se limita a eso, porque vivimos en una sociedad muy coitocéntrica en la que parece que esa es la única medida válida y que ser virgen o no -según su idea de virginidad- es un estigma que hay que arrastrar a las espaldas. Estamos acostumbrados a escuchar a la gente hablar de juegos preliminares. Ahí lo tenéis, preliminar, el preámbulo a algo, como si esos juegos fuesen el telonero del grupo al que hemos ido a escuchar. Eso lo único que hace es centrar la relación en el coito, poner toda la presión en él. Podemos besarnos de manera apasionada, tocarnos, acariciarnos, excitarnos, practicar sexo oral pero parece que todo ello sólo es la mecha para que se dispare el gran cohete: el coito. Tendríamos que considerar una relación coital por lo que realmente es, una práctica sexual más, no un fin, quitarle la importancia que se le ha dado y entender que muchas veces otras prácticas son incluso más íntimas que esa. Al poner al coito en un pedestal lo único que estamos haciendo es relativizar la importancia del resto y, sin embargo, nos encontramos con millones de problemas por culpa precisamente de ello. En el caso de las mujeres, tras millones de encuestas repetidas hasta la saciedad, hemos visto como muchas de ellas afirman que prefieren los juegos que tienen antes, que el coito en sí. Al mismo tiempo, por consulta aparecen muchísimos hombres con...

La «píldora» masculina 2

Planteando la posibilidad de que la píldora masculina se convirtiese realmente en una pastilla, cuya administración fuese de la misma forma que la femenina (es decir, tomar una cada 24 horas), se ha hecho un estudio en la universidad británica de Tesside, para ver que acogida tendría. Un gran porcentaje de hombres aceptaría tomarla de buen grado, mientras que las mujeres desconfían de que sean capaces de recordar su toma diaria de manera eficaz. El mismo estudio se ha realizado en algunos estados de U.S.A. y en Australia, donde se va haciendo una campaña concienciadora sobre el tema y los resultados son mucho más positivos. Tiempo al tiempo que aún queda mucho que avanzar sobre este tema y, como os comentaba en la anterior entrada, los efectos secundarios pueden todavía no haberse manifestado en tan corto plazo de tiempo. ¿Tú, como hombre, estarías dispuesto a tomarla? y ¿tú, como mujer, confiarías en este método anticonceptivo? Me encantaría saber vuestra...

Music in the air

Hace ya unos días me comentaba un amigo que podía escribir sobre la música en el terreno sexual, pues bien, aquí estoy. La música no es esencial para que una relación sexual sea satisfactoria, no es requisito indispensable, sin embargo es un elemento que puede ayudarnos en numerosas situaciones. Es indudable que la música hace que se cree un clima específico y, por ello, escucharla puede ayudar a que las personas entren en clave erótica. En muchos sitios (libros, revistas, internet) aconsejan música suave y seductora para todo esto o música neutra que no te vaya a transportar a otro sitio: que si Sade, que si bandas sonoras como la de Gladiator, que si un streaptease con «You can leave your hat on» de Joe Cocker, etc. no voy a ser yo la que diga que no, pero por favor, un poco de originalidad y menos clichés, mejor utilizar música que oigamos habitualmente, es decir, que nos guste realmente y no sólo aquella que el cine o nuestro entorno haya decidido que debamos usar. Lo de que sea lenta o rápida ya va en cuestión no sólo de gustos sino del momento, ya que en momentos precisos, una música relajada nos puede llevar a detenernos y recrearnos a su son y en otros, una canción más movida puede hacer que la pasión se libere de forma sorprendente. Ahí ya se sabe: para gustos los colores. De hecho, el ritmo de la música nos puede ayudar en lo que queramos conseguir, me explico, si una pareja quiere durar más realizando el coito, una canción más lenta le ayudará a conseguirlo...

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