Relato erótico de Carlota Rulo

Escondida

 

Sobre la mesa tus llaves. Acabas de llegar y me buscas… no me encuentras… buscas… estoy escondida. Noto tu presencia, tu olor, tu nerviosismo… tu excitación por encontrarme.
Desespero, necesito tocarte, pero espero, pacientemente a que tus ojos se encuentren con los míos. Buscas en todos los rincones, nuestros rincones… paras en seco en nuestra bañera que hice instalar para realizar mis fantasías, pero no estoy.
Oigo tu respiración cada vez más agitada, cerca, muy cerca. Me has encontrado, pero haces que esos minutos se hagan interminables. Mi corazón se acelera, mis pulsaciones suben, comienzo a sudar levemente de la emoción contenida, mi sexo está húmedo…esperando. No quiero gritar tu nombre, me contengo…
Salgo de forma ruidosa de mi escondite, y te encuentro delante de mí, con la corbata medio deshecha, el primer botón de la camisa desabrochado, lo que hace que pueda admirar tu vello brillante y tu cuello bronceado, siento un deseo enorme de saborearlo…
Me encuentro ante tí, temblorosa, como si fuese la primera vez. Vestida con una simple camiseta blanca de tirantes, que hacen entrever mis pezones endurecidos y el pelo recogido en un moño del cual se escapan mechones sobre mi frente, los aparto para poder mirarte atentamente…vuelven a caer.
En tus labios una sonrisa burlona, tus ojos me desnudan, tu lengua jugando en tu boca. Me coges las manos y las acercas a tí de forma precipitada, me acercas a tí, tus dedos se deslizan sobre mis labios, entran en mi boca y se mezclan con mi saliva, los chupo, los devoro con ansias. Noto como todo mi cuerpo está en tensión, cada vez más excitada, aparto la camisa, todo me estorba, necesito tocar su piel… comienzo a acariciarlo, sus manos bajan por mi cintura, vuelven a subir a mi escote… cada segundo que pasa deseo más que me penetre, mi sexo no aguanta más.
Su desnudez es de una belleza indescriptible, comenzamos a besarnos, como colegialas, deseosos de encontrarnos, recorres con tus manos mis pechos, mis hombros, tu lengua baja por mi cuello. Me sientas en una silla y sin pensarlo bajas a mi coño, jugoso, húmedo, noto como tus dedos y tu lengua juegan con él, estoy tan excitada que no puedo dejar de arquearme por el placer que siento, es unos minutos consigues que me deje llevar por un orgasmo realmente fantástico…sigues jugando con tus dedos y noto como tu polla roza mis labios, hinchada, llena, deseosa de ser besada. Está dentro de mi boca, me vuelvo loca…está caliente, y noto como crece dentro de mí… la sacas, con ella acaricias mi cara, noto su suavidad, su humedad…
Me pones de espaldas a tí y coges con fuerza mis caderas, en ese momento noto su miembro como entra en mí de forma rápida, noto tu gran pene, completamente dentro de mí, el placer es tan intenso que gimo sin parar, comienzo a tener orgasmos seguidos, de esos que tanto te excitan y que tan bien sabes cómo conseguirlos, noto como tus piernas comienzan a fallar, tu polla sigue entrando y saliendo de mí sin pausa, cada vez más rápido… y noto como llegas al éxtasis, los dos juntos, noto tu leche esparcirse por mis entrañas, siento como se escurre por mis piernas, estoy completamente llena de tí y me dejo, me rindo en un último orgasmo. Magistral.
Seguimos juntos, sin separarnos. Pasan segundos, minutos, horas… no sabría decirlo.
Mañana volveré a esconderme.

 

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