Aquí estoy después del paréntesis de más de una semana con mucha ilusión y cargada de energía. El pasado sábado hice una visita al «Museum of sex» de Nueva York (233 Fith Avenue) y no puedo hacer otra cosa que recomendároslo a todos los que tengáis la oportunidad de ir por allí.
La verdad es que me temía lo que me pudiese encontrar por la experiencia vivida, en mayo de 2007, visitando el «Museu de l’erótica» de Barcelona (La Rambla, 96) que, aunque posee buen material, parece no tener ningún tipo de orden ni sentido, convirtíendose en un caos por el que no merecía la pena pagar.
Al llegar al «mosex» todo cambió. En cuanto lo vi por fuera pude apreciar el gusto, cuidado y elegancia con el que había sido creado. Aunque no lo busques, aunque no sepas que está ahí, si pasas por enfrente es inevitable pararte a mirarlo.
El museo es muy completo porque abarca muchos temas y posee una gran cantidad de material. Empieza por los orígenes del condón, pudiendo ver la historia del mismo, desde cuando se realizaban con piel de animales hasta como se comercializaban en aquel momento. Como reclamo la mayoría de marcas procuraban utilizar imágenes de películas de la época.
Por otro lado se adentran en muchas de las enfermedades de transmisión sexual (por ejemplo: SIDA, Sífilis,etc.). Puedes viajar al pasado y descubrir como se hablaba de ellas, como se veían entonces y las ideas que se tenían acerca del modo de transmisión de las mismas. Hasta los militares eran obsequiados con un kit para que, después de tener relaciones sexuales, se hicieran una limpieza interna y así «evitar» las posibles enfermedades.
Como curiosidad la foto que os dejo a continuación en la que podemos ver un certificado del ayuntamiento de Nueva York que se otorgaba a los que daban negativo en las pruebas de enfermedades de transmisión sexual para, de esa manera, poder casarse con tranquilidad.
El «mosex» también cuenta con una exposición de fotografía erótica de cada una de las décadas, en las que podemos apreciar como el concepto que tenemos de algo «erótico» ha ido cambiando con el paso del tiempo, siendo en un principio mucho más explícitas para luego dejar lugar a la imaginación.
El recorrido nos lleva desde inventos tecnológicos para intentar practicar sexo en una realidad virtual hasta a juguetes inventados por gente (como un dildo enganchado en el extremo de una Black&Decker), pasando por los últimos muñecos a tamaño real creados para el que guste disfrutar de ellos y pueda permitírselo (aunque sorprende que alguien pueda sentir algo más que asco o miedo al verlos).
Hay un espacio en el que los cuadros y los anuncios se funden, pudiendo ver una publicidad bastante directa y dura en cuanto a los peligros del sexo, como por ejemplo, un anuncio en el que una mujer parece estar practicando sexo oral a un hombre pero el pene ha sido sustituido por una pistola. El mundo de los dibujos animados no se queda fuera y podemos llegar a ver a casi todos los personajes de la factoría Disney en las más insólitas posturas y situaciones. También cuentan con piezas de arte por lo menos curiosas, como la siguiente:
La última parte del museo está dedicada al cine, desde el anime hasta películas en las que salen escenas eróticas, sin olvidarnos de películas pornográficas (desde las del cine mudo hasta las de la actualidad) o famosos vídeos que circularon por internet como el de Pamela Anderson y Tommy Lee.
Al terminar la exposición podemos acceder a la tienda (aunque no es requisito imprescindible entrar en el museo para ello) en la que venden todo tipo de juguetes eróticos, figuras de decoración, libros, etc. Cada producto está al alcance de la mano y nos encontramos con juguetes de muestra para poder apreciar su textura, peso, etc. y a un precio bastante económico, todo sea dicho.
En definitiva, un rincón al alcance de cualquier bolsillo, repleto de curiosidades, de cosas nuevas que aprender y dispuesto a sorprenderte.
Etiquetas: cine, curiosidades, museo, museumofsex, NYC, sexo
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Pues apuntado queda en la lista porque tiene buena pinta, que es verdad que el de Barcelona nos dejó un poco indiferentes… Pero los apuntes que has dado de éste dejan ver que es interesante. Claro, que yo sólo puedo pensar una cosa… Black&Decker????? :O
jejejejeje como lo oyes! ya te pasaré la foto!! 🙂
genial el museo, y genial la reseña. Merece la pena si estás en NYC pasar a verlo. Muy interesante y muy bien montado.
Si llegan a saber de él, los del 11 S tal vez lo hubiesen incluido entre sus objetivos. Habrá que visitarlo.
gracias por los comentarios!
si lo visitas ya nos comentarás que te parece! 🙂
Como una curiosidad te comento que en Venezuela para casarte por civil no te piden un certificado de salud, pero si una prueba de VIH…
no sabía que se seguí pidiendo! gracias por el apunte anónimo, espero verte más por aquí!