Relato erótico de Antonio Perez

EL MALDITO FA
Estoy sola en casa. Estoy inquieta. He terminado de hablar contigo. He terminado de trabajar. Pongo la radio. Oigo una nota de piano: Fa sostenido. Un poco mantenida. Es increíble. Una nota. Yo creí que se necesitaba un pequeño fragmento de melodía, o incluso un recargado acorde, para poder reconocer una pieza musical. Me equivocaba. Fa sostenido. Es como una chispa. Ha desencadenado todo un torrente de recuerdos y sensaciones. Todo me viene a la cabeza. Esa obra. Te gusta tanto, que siempre la pones. Me la sé de memoria. He cometido el error de cerrar los ojos. Grave equivocación. Te me vienes encima, abrumador. Curiosamente lo primero que veo son tus ojos. Parecen inocentes, pero la fuerza de esa mirada me puede. Enseguida siento tus manos acariciando mi cuerpo, por sitios no muy bien definidos. Tu boca no cesa de besarme. Siento cómo sientes. Te gusta besarme. No lo puedes disimular. Tal y como lo haces demuestra que disfrutas besándome. Disfruto cuando me besas. Cuando te beso. Cuando nos besamos. Tus brazos me rodean. Parece que temas pueda escapar. No puedo, y aunque pudiese, ni lo intentaría. Soy una presa hipnotizada. Tu fuerza me hace sentir mujer, en su sentido más íntimo. Pero esta vez, sugerido por esa nota maldita, no son ni tus brazos ni tu boca: son tus dedos. Soy consciente de que estoy sola, pero esa nota ha sido un auténtico detonante. Empiezo a sentirme muy erótica. Casi sin darme cuenta, meto mi mano por debajo de mi blusa; por debajo de mi sujetador. Comienzo a acariciar mis pechos, muy suavemente, con mis manos abiertas, haciendo círculos con mis palmas. De manera casi contradictoria, ahora aprieto mis pezones con mis dedos. Pero a la vez, intermitentemente, sigo haciendo círculos con mis manos. Pienso que estás conmigo. Sé que no estás. Mientras pienso en ello, noto, casi imperceptiblemente, que estoy mojada. Me siento erótica. Me siento excitada. Muy excitada. Me posee una creciente necesidad de tocarme. Imagino que me quitas las bragas. Abro lentamente mis piernas. Pienso que estás ahí, mirando. Sé que te gusta mirar. Me gusta ver cómo me miras mientras abro mis piernas. Empiezo a besar mi mano. Imagino que es tu boca. Te doy unos besos deliciosos. Mi lengua juega con la tuya. Pongo mi otra mano en la hendidura. Comienzo a acariciar mi clítoris. Todo está super mojado. Cuanto más me froto el área, mejor. Noto que mi clítoris está muy hinchado. Y muy, pero que muy mojado. Esto hace aumentar mi excitación. He dejado de besar mi mano. Ahora chupo mis dedos. Los relamo. Ya están preparados. Es el dedo medio el que dirijo hacia la entrada de mi vagina. Lo meto al completo. Es una sensación riquísima. Quiero más. Un solo dedo es demasiado poco. Meto los otros dos dedos. Tres. Así está mejor. Mucho mejor. Los saco y los hundo rítmicamente. Estoy tratando de imitarte. Descubro que acabo de lanzar un gemido de placer, casi sin darme cuenta. Saco los dedos. Siento que deben entrar de nuevo. No me decido. Los retiro poco a poco. A la vez que los saco, los subo a través de mi húmedo canal. Con ellos, completamente mojados, doy vueltas en mi clítoris y labios. Me gusta que me acaricies. Sabes acariciar como nadie. Me acaricias tan rico que creo que me voy a deslizar. La sensación sube en intensidad. Me voy, me deslizo. Rico, intenso. No me reprimo un grito prolongado. Sé que te gusta oírme gemir, gritar de placer. Ha sido delicioso. Has estado increíble. El fa sostenido prolongado deja paso a las siguientes notas. Intento explicarme qué ha sucedido. No puedo. Ese vals 69 número 2 de Chopin. Esa combinación de sensibilidad y poder de evocación. Me supera. Ahora estoy agotada. Mañana lo oiré otra vez.

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6 Comentarios

  1. es sólo una opinión pero quizá sea un tanto espeso, a la hora de seguir el relato, no consigo meterme en la visualización del relato.

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    • Pues a mi me ha excitado y le he pedido a mi pareja que lo haga realidad.

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  2. Para todo hay gustos. Me ha parecido un relato muy descriptivo y bien llevado, muy sensual y de buen gusto.Un relato tan corto pero intenso.

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    • De acuerdo con tu comentario Anónimo. Pero también diría que es difícil lograr en un relato tan corto la descripción del inicio y el final de algo tan íntimo. No conocía ese Vals de Chopin. Antonio: El 69 es una coincidencia.

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  3. Anónimo Jan.16: De acuerdo contigo, este relato me ha entusiasmado, me gusta como el autor se introduce en sensaciones tan íntimas de una mujer. Felicides Antonio. ¿Para cuándo otro?

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  4. Me alegra que haya en el blog escritores con una formación intelectual aceptable. El relato me trasladó a Foucault, a sus fragmentos de los Anormales.

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