Relato erótico de Besante

-Muchas parejas, comenzó el ponente, fracasan por celos infundados y otras por falta de besos. Hay que besarse más y mejor. El erotismo debe formar parte de nuestras vidas. Así cada día será distinto. ¡Desterremos la rutina!

Hoy les propongo siete tipos de beso. No hay amores que matan, sino amores que mueren por falta de besos. Cada beso tiene su momento, lugar, edad y naturaleza de los “besantes”. Sirva la denominación de esa antigua moneda bizantina, como ustedes conocerán, para referirnos a ellos.

-1º.- En el árbol. Ella está apoyada de espaldas al mismo, con las manos dirigidas al cielo. Él le besa con suavidad. Los labios de ambos están entreabiertos. Él procura que su pecho ni roce el suyo, por muy delicioso que sea. Se sienten jóvenes en el 7º cielo. Es un beso dulce, suave, tierno, sin apenas componente sexual Practicable a cualquier edad.

-2º.- Por la espalda. Ella está de espaldas a él que le abraza suavemente por la cintura y le besa con delicadeza tras la oreja a la vez que le musita: “Me encantas, eres un cielo, te…” La mujer balancea suavemente sus caderas, hacia las que le atrae con sus manos, a la par que mueve lentamente su cabecita hacia ambos lados. Es un beso con cariño, cierto grado de pasión, de entrega, romántico, notando ella la influencia física que ejerce sobre él. Abstenerse los reumáticos.

-3º.- En la parte trasera del coche, aparcado junto a una arboleda, al anochecer. Está entrelazada la pareja con un brazo cada uno sobre el hombro del otro; los labios de los dos van de los del otro a la nariz, a la frente, a la mejilla, a la barbilla, a… La mano libre de él se pierde entre sus faldas siendo frenada por ella antes de que traspase la frontera de su ropita interior o la haga desaparecer de donde está. Si en algún momento un dedo traspasa la barrera por alguna zona no muy comprometida le deja estar ahí para recuperar fuerzas y saborear mejor el beso. Otras él se dedica a acariciar su pierna preciosa lo que le agrada enormemente. Es un beso de juventud, ansioso, a veces brusco otras delicado, con marcado carácter sexual, cargado de afecto y confianza. Lo difícil es encontrar la arboleda discreta.

-4º.- Antes del encuentro. Es de largo recorrido, disfrutando ambos a tope. Intenso, atrevido, apasionado, fuerte, desinhibido, con gran componente sexual.

-5º.- Durante el encuentro. Entrecortado, compulsivo, íntimo, sexual y erótico al máximo, acelerado, de entrega y recepción totales. Los cuerpos pegados, el sudor se confunde.

-6º.- Después del encuentro. Larguísimo, el más largo de todos, acompañado de caricias, continuadas y delicadas. Susurros como música de fondo. Marca el verdadero valor de los sentimientos de ambos. Puede ser el preámbulo de otro encuentro. Sin él éstos pierden su valor pasando a ser una mera expresión animal. ¡Una lástima!

-7º.- El espontáneo. Surge en medio de una charla, al cruzar una calle, al parar ante un escaparate, entre plato y plato, al levantarse él de la mesa donde se hallan y pasar junto a ella, al agradecer ella una galantería, al reír ambos, al… Es un beso tierno, risueño, corto y nunca en los labios, acompañado muchas veces de una caricia en la mano, en el brazo, en el hombro,… Deseable surja varias veces al día.

No los olviden.

-¿Alguna pregunta?

-¿A que encuentro se ha referido usted?, preguntó una joven levantando la mano.

-Señorita, si a estas alturas no lo sabe, es que o he perdido lastimosamente el tiempo o se ha equivocado de grupo.

-Gracias por su atención, dijo al comprobar que nadie más levantaba su mano. Recuerden: ¡Bésense cuanto más y mejor puedan!

Se puso a recoger sus papeles mientras lanzaba una mirada a la autora de la pregunta.

-No está nada mal, se dijo, viéndola salir.

¿Sería cuestión de darle clases prácticas? Valía la pena intentarlo.

Aceleró el paso para alcanzarla y… lo que no imaginaba es que la joven sabía que había picado el anzuelo el “besante”. Ralentizaba sus pasos con disimulo, oscilando algo más sus caderas para asegurar la presa.

Esa noche, la joven había decidido su encuentro.