¿Qué te pasa? Nada…

¿Qué te pasa? Nada…

¿Cuántas veces le habéis preguntado a vuestra pareja “¿qué te pasa”? ¿y cuantas cuantísimas de esas veces la respuesta ha sido “nada”? pero un “nada” que de nada tiene nada, un nada cargado de “tú deberías saberlo”… y la pregunta es ¿deberías? La respuesta está clara: no. Existen muchas distorsiones cognitivas y todos hemos cometido alguna o muchas. Unas de las que más surgen en terapia son: Adivinación del pensamiento: predecimos o profetizamos el resultado de un evento antes de que ocurra. Por ejemplo: “Un día conocerá a otra persona y me dejará”  Lectura del pensamiento: presuponer o adivinar las intenciones, actitudes o pensamientos de otros, como si fuésemos auténticos telépatas. Por ejemplo: “Ya no le gusto, no se divierte conmigo” Como veis las dos son bastante similares y, lo único que hacen, es presuponer que todos tenemos un sexto sentido por el que inferimos las cosas. ¿A qué nos lleva esto? a 2 cosas: 1. Cuando somos nosotros los que adivinamos: Ponemos en la actitud de nuestra pareja los pensamientos que nosotros queremos. Por ejemplo, vemos a nuestra pareja en el sofá leyendo y le preguntamos “¿salimos a dar una vuelta?” y su respuesta es “la verdad es que ahora no me apetece”. Hasta aquí bien, ¿verdad? pero se puede dar el caso en el que la persona que ha hecho la sugerencia se plantee pensamientos tipo “está enfadado y por eso no quiere”, “he debido hacer algo que le ha molestado”, “está apático”, “ya no es feliz conmigo” etc. Acabamos de ver como de una única respuesta nos hemos lanzado a añadirle una serie de cargas emocionales que, no sólo no sabemos si tiene,...

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