Las votaciones…

Por problemas técnicos de Blogger (Google) se ha vuelto a borrar la encuesta. En esta ocasión he puesto una ajena a Blogger por lo que imagino que no tendrá que haber ningún problema más. Después de lo que había pasado ayer fui guardando «pantallazos» de los resultados por lo que a los votos totales que se den habrá que sumar: 2 a Ronin, 1 a Juan Salvador, 5 a Bohemian, 4 a Semiramis y 1 a Rui. Lo podéis comprobar en la siguiente imagen: Me consta que a varios concursantes les ha molestado bastante los problemas con la encuesta, por lo que quiero dejar claro que el concurso lo hago porque quiero, porque me gusta compartir esto con vosotros y porque me ilusiona leeros. En ningún momento gano absolutamente nada con esto y, es más, invierto dinero en los premios, en hacéroslo llegar, etc. por lo que, creerme, cuando os digo que soy la primera afectada en todo este asunto. De todas formas, aun que ya esté empezado, no tenéis obligación de seguir participando por lo que, si alguno de vosotros, concursantes, os sentís ofendidos y queréis dejar el concurso sólo tenéis que avisarme. Sin problemas ni rencores. Podréis participar en futuros concursos, etc. A los demás, muchísimas gracias por vuestro apoyo y entusiasmo! Muchísima suerte a...

Comienzan las votaciones!

Los relatos ya están aquí! ya han llegado y por todo lo alto! Nuestros queridos concursantes ya han puesto de su parte así que ahora os toca a vosotros leerlos, votar por el que más os guste y, sobre todo, disfrutarlos. Muchísimas gracias a todos los participantes! Sólo me queda recordaros que las votaciones (que están en la columna de la derecha…por si hay algún despistadillo) estarán abiertas hasta el domingo 11 de Noviembre. Ese día, los 5 relatos más votados pasarán a disposición del inigualable jurado Destino:Placer que podrá deliberar hasta el viernes 26 de Noviembre. Muchísima suerte a todos y, de nuevo, gracias por participar. Que la fuerza os...

Relato erótico de Rui

ERES TÚ Lo que me gusta del verano es que puedes estar hasta altas horas de la madrugada tranquilamente en la calle, sentado en las escaleras de una plaza cualquiera, charlando, riendo, en buena compañía. Entonces, a veces, o sólo una vez, o sólo esta maravillosa vez, ocurre: la miras y la ves. La conoces desde hace tiempo, pero ahora la ves, ¿ahora? No. Pero no aciertas a recordar cuándo empezaste a verla… Y te quedas callado y sólo puedes mirarla, te habla y la oyes pero no alcanzas a escucharla del todo porque algo desde dentro te está gritando muy alto. Es en este momento en el que tu cuerpo va por libre, acelera tu pulso, hace que te suden las manos y desvía tu mirada de sus ojos a sus labios y te bloqueas entre las ganas que tienes de besarla y el miedo a estropearlo porque es tu amiga. “¿Qué te pasa?” Llegas a escuchar. “Nada”, balbuceas, “es que ando algo melancólico”. Y ella, con ternura, te abraza y te besa en la mejilla y suspira “ay, mi niño”. Ya estás perdido. El grupo se mueve ajeno a tu conmoción. Mientras todos avanzan, tú les sigues en silencio unos pasos atrás, la ves hablar con dos amigas, su voz, su risa, su cuerpo, tus sentidos embriagan tu mente que vuela tras su oreja imaginando cómo sería acariciar su cuello con tus labios… Te alarmas de repente, ruborizado como si alguien pudiera escuchar tus pensamientos, pero nadie está reparando en ti. La miras de nuevo, pantalón corto, camiseta de tirantes, sus piernas, sus hombros, su pelo largo...

Relato erótico de Jujä

VICIO ENGENDRADO   El oscuro callejón, de aquella espera de aspecto extraño, me mantuvo la atención durante largas horas, en aquellas tardes de verano aburridas. Todo el mundo era feliz, nadie salía de aquella calle descontento. Algunos entraban a la hora de comer, otros a la noche, cada cual a su momento. El trámite era sencillo, entraban se desnudaban, cogían su respectiva cesta y acto seguido elegían sala de fumadores. El simple hecho de fumar era esencial para dividir la masturbación. Mas tarde, según su aspecto, color, edad y pelo, unos corrían más suerte que otros. A Braulio, de aspecto joven, fino y dulce, le volvían especialmente loco los rudos, oscuros, maduros y precoces. Braulio, era todo un éxito en aquel lugar, una vez dentro no podía encontrar su soledad. Manos, bocas y piernas, acariciaban, lamían y rodeaban su cuerpo, hasta que fijaba especialmente la atención en un miembro del grupo, si era duro y grande siempre mejor. El paso siguiente que Braulio realizaba, consistía en caminar directo a su silla, habiendo antes elegido a su miembro mas duro. Braulio elegía siempre el «qué», el «cómo» y el «donde». Podía hacerlo y se aprovechaba. Los sentaba en la silla y frotaba su pene cerca de sus manos, insinuando así, qué se debía de hacer con estas. Una vez que conseguía su primer objetivo, el resto iba solo, se sentaba fuerte y firme sobre su pene y sin introducirlo aun, se rozaba una y otra vez sobre el. Una vez acabado el ritual, y con el corazón y la piel a mil, se levantaba y sentaba sobre otra polla, siempre...

Relato erótico de Semiramis

LA FEA Y EL CIEGO -¿Quiénes son los pesados que nos tocan este año de vecinos, mamá? -No seas así, María. Me han dicho que un matrimonio con su hijo. Todos ellos ciegos. -Supongo que no molestarán como los psicópatas del año pasado. Aunque son ciegos, no mudos. Lástima. -¿Cómo será hacérselo con un ciego? ¿Lo has experimentado? -¡Qué cosas tienes, hija! Tu padre, que en gloria esté, no me lo hubiese permitido. Al diablo se le ocurre… -No se distraerán como otros, supongo, puedan hacer. Ellos a lo suyo,-rió María. -Mira que eres… No respetas ni las desgracias ajenas. La joven entra al baño por la noche y al ir a cerrar la ventana observa que el hijo se está limpiando los dientes, al otro lado del patio. Está de espaldas a la ventana mostrando su torso desnudo y poderoso, que le impresiona. -Mejor que no vean, así no tengo que encerrarme. Con el calor que hace… Se quita la blusa dejando su bien formado pecho al aire. El hijo está ahora tumbándose en su habitación, con la luz mortecina de la mesilla, en traje de baño. Se sabe fea, paticorta, con un tic imposible de detener, incluso dormida según le han dicho y una boca que exhala un hedor que no consigue evitar por más que lo ha intentado con infinidad de colutorios. Lo único aceptable que tiene son sus pechos. Lo sabe porque algún joven se había esforzado en sobárselos soportando su halitosis. Por supuesto nunca se ha desnudado ante ningún hombre y menos tan apuesto. El que sea ciego es una circunstancia que obvia. Es...

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