Ganador y finalistas VI Concurso de relatos eróticos Destino: Placer patrocinado por Plaisir Malicieux

¡Ya llegó el día! el queridísimo Jurado Destino: Placer ya ha decidido el ganador y los 2 finalistas…. y estos son….. chan chan chan chan…. como me gusta crear tensión…. redoble de tambores….. agarraos las canillas…. respirad hondo…. y pinchad aquí para descubrirlo en el Universo Malicieux 🙂 Gracias a todos los concursantes, al jurado, a todos los que os habéis tomado vuestro tiempo para leer los relatos y a Plaisir Malicieux por ese premiazo! hasta pronto!! un...
¡¡Comienzan las votaciones!!

¡¡Comienzan las votaciones!!

El VI Concurso de relatos eróticos Destino: Placer patrocinado por Plaisir Malicieux ha reunido a muchos participantes! 26 ni más ni menos!! antes de nada MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS!!! Y ahora queda la mejor parte, disfrutar de su lectura y votar en la encuesta por el que más os guste.La encuesta la encontraréis en la barra lateral derecha del blog. Está dividida en 3 por la cantidad de relatos participantes… si es que me desarmais Destino: Placer! jajaja pero yo encantada 🙂 La encuesta estará abierta hasta el 12 de Mayo. Ese día, los 5 relatos más votados pasarán a las manos del prestigioso Jurado Destino: Placer que el 17 de Mayo harán publico su veredicto y, de esa forma, conoceremos quien ha resultado ganador del primer premio: el vibrador Ina 2 de Lelo, un lujazo! Pero eso no es todo! recordar que los 3 primeros también tendrán premio: podrán pasar a formar parte del maravilloso Universo Malicieux compartiendo relatos, historias, etc. Nada más que decir… mucha suerte a...

Relato erótico de El Fugitivo

Sesenta y siete segundos en el ascensor Estaban en la oscuridad, desnudos y en silencio. El arma de plástico aún reposaba sobre la mesita de noche. Él parecía incómodo, ella parecía distante. Él levantó el arma y la apuntó. Tomó su cabello con agresividad y la hizo arrodillarse, obligándola a chupar su polla. Ella comenzó a sollozar. Él se detuvo. –No- Dijo ella- No te detengas. Golpéame.- Él dudó. Alzó la mano, pero se contuvo. –No puedo.- Se limitó a decir. Se levantó de la cama, se vistió tan rápido como pudo, y la dejó allí, arrodillada a un lado de la cama, desnuda. Cuando escuchó la puerta cerrarse, tomó el arma de plástico e introdujo el cañón en su coño aún húmedo, hasta llegar a un insatisfactorio orgasmo. Se conocieron en un chat. Él se hacía llamar Eros73, ella CarameloPicante. Su primera cita tuvo lugar en el baño público de un parque cerca de la casa de CarameloPicante, que en realidad se llamaba Desirée y tenía 32 años. Ella le había enviado una foto suya, para que él la reconociera, pero se había negado a recibir alguna foto de él. Habían quedado la tarde del jueves a las 2:30PM, una hora poco concurrida. Desirée se lavaba las manos, cuando escuchó la puerta del baño abrirse. No volteó, escuchó el cerrojo pasarse. Seguía sin fijarse, sin mirar quién estaba tras ella. Repentinamente, lo sintió, el calor de un cuerpo tras ella, unas duras y callosas manos taparon su boca. su vagina se tornó húmeda al solo contacto de aquellas manos, pero su lubricación no fue suficiente para la montada...

Relato erótico de Erectus

El tufillo que rescató mi alcoba   Nuestras sábanas ya se incomodaban de arroparnos, las manteníamos inmaculadas, ni una gotita de lubricación habían recibido desde hace casi un año, ¿un año? Una cama frígida como que te devora el tiempo. Encontrar el suficiente estímulo en la observación, el volver a las simples cosas, fue una revelación, esa noche nuestros cuerpos espumosos se elevaron en una burbuja con un final viscoso en la boca. Decidimos visitar un lugar apartado del Caribe, donde los cacaos al caer son el único ruido de la noche y se armonizan con el rumor de las olas, se llamaba Chuao, no más de cincuenta casas logré contar durante el camino desde el muelle hasta el pueblo. Paso lento, miradas a cualquier lado, menos a nosotros y comentarios sosos como nuestra relación. Si dejaste caer los sudores de tu frente en pecho o espalda, mientras penetrabas otro cuerpo, no lo sé, ni me importa, pero no creo que sucediera, conozco tus manías y tu afición por los hombres que específicamente lleven un lunar en el lóbulo de la oreja y otro en las puertas del ano, esos gustos nos dieron mucha tarea para lograr el único trío que hemos hecho. Cansados de tanto trajinar en el día, nos cambiamos, bañamos por separado en la ducha y un beso de costumbre, que antes de avivar la libido lo marchitaba en cada contacto labial. Salimos, la quietud de la noche sólo permitía la contemplación, sentarse en una silla plástica y tomar cerveza. Se acercaba la medianoche y cuatro lanchas de vivos colores arribaron al muelle, su carga era...

Relato erótico de Marla

Mi amante del tercer cajón   Las nueve de la mañana, me despierto perezosa, exhausta, miro hacia tu lado de la cama, alargo la mano y recuerdo que hace unas horas te tenía a mi lado, intento seguir tu rastro, el olor a sexo es palpable, cierro los ojos y me inundo otra vez de ti, te veo sobre mi cuerpo, entonces me doy la vuelta, te enciendes más al ver mis ojos a través de la máscara que cubre mi rostro, pupilas dilatadas por el deseo, labios hinchados y rojos, mejillas sonrosadas, la sangre hierve en mi cuerpo. Salgo de la cama y comienzo a caminar hacia la ventana con paso lento, sensual, la luz de la luna se refleja en mi cuerpo desnudo, admiras mi silueta, tu mirada se torna dócil, me agarro a la cortina y me envuelvo en ella, dando giros quedo vestida de la tela transparente que deja entrever mis formas de mujer, te miro pasándome la lengua por mis labios y tú haces ademán de lo mismo, la boca se te queda entreabierta y salivando, tus papilas se despiertan porque tu cerebro da la orden de comerme entera, pero aún no, no ha llegado el momento, intentas retenerte para no abalanzarte sobre mí, quizás debería haberte atado a la cama, pero que aguantes tus impulsos más salvajes me pone todavía más, que me desees en la distancia, que me imagines inalcanzable, tu dueña, tu señora, no deberías de haberme provocado, ahora es tarde y te espera la condena que se haya escondida bajo la transparente tela. Vuelvo a girar, me desprendo de la...

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