El dolor para mañana

El dolor para mañana

El dolor para mañana. Como eso me duele lo encierro en una caja y ya la abriré en otro momento. En otro momento en el que esté más fuerte, más preparada, más… ¿dispuesta a sufrir? ¿Pensamos que ese momento va a llegar? «¡Uy! bonito día, hoy voy a abrir la caja que me va a doler.» No suele ser muy realista. Ni eso ni nuestra idea de que más adelante dolerá menos. Porque si lo estamos encerrando es por algo. Y tenemos ese runrún. Sabemos que está ahí. A veces percibimos nuestro dolor de reojo y fingimos. Como cuando preguntaban en clase y no querías que te sacasen por lo que disimulabas mirando a otro lado. Otras veces lo sentimos luchar con la caja, intentando romperla. Pero nos sentamos como cerrando una maleta. Aquí no pasa nada. El dolor para mañana. Hoy es mañana. O, como decía Machado, «hoy es siempre todavía». Y estás a tiempo. Abrir la caja. Enfrentarte a ella. Y dejarte sentir. Llorar, gritar o reír. Da igual. Si abrimos la caja, ésta no se hará más grande. No aumentaremos nuestro dolor con el miedo a sentirlo. Si la abrimos llamaremos al...
Las ganas

Las ganas

Seguro que alguna vez te han entrado ganas de ir al baño de camino a casa. Lo primero que piensas es ¿porqué no hice pis antes de salir? Lo siguiente es apretar el paso e intentar entretener tu cabeza con cualquier cosa. A veces una canción. Otras la preparación de las llaves en la mano para no perder ni un segundo. Incluso hay quien se va desabrochando durante los últimos metros. Y quien tiene que tirar de la mano para ayudarse a ‘hacer tapón’. ¿Y qué sucede mientras estás abriendo la puerta? Que la urgencia se multiplica por mil. Da igual que las ganas las hayas sentido desde hace 10 minutos que 2, cuando estés más cerca de tu meta vas a sentir el mismo apremio. Lo mismo sucede con los cambios que deseamos. Puedes haber tardado bastante tiempo en decidir hacer ese cambio o haber tomado la decisión en un intervalo corto de tiempo, lo mismo da, es normal que cuanto más te acerques a la meta más nervios sientas. Que te de la sensación de que el tiempo se enlentece y estira como si fuese un vídeo a cámara lenta. Que te sature más tu situación presente cuando ya tienes la mente en tu futuro. Que pienses ‘ya no aguanto más’ o mensajes del estilo. Así que recuérdalo: cuánto más cerca lo que anhelamos más parece que tarda en llegar. Pero llega. Y qué bien se siente...
Entresesiones 3 – Navidad

Entresesiones 3 – Navidad

Las fiestas de Navidad pueden ser momentos que se viven con mucha angustia. En este podcast hablamos de ello y os damos algunos tips para intentar que paséis las fiestas de la mejor manera posible. Sabemos que mi audio no se escucha tan bien como querríamos pero no teníamos otra manera de grabarlo en conversación. En los próximos creemos que si que podremos así que perdonádnoslo, por favor, no queríamos dejar de subirlo 🙂 La canción que acompaña se llama «Fragilidad» y es de Raquel Lúa. Recordad que podéis poneros en contacto con nosotras a través de Instagram o whatsapp: Irene: @irene.moreno.m , +34620678536 Marta: @marta_destinoplacer, +34679288918 ¡Hasta el año que viene! ¡Gracias por estar...
Si no supieses tu edad, ¿cuántos años dirías que tienes?

Si no supieses tu edad, ¿cuántos años dirías que tienes?

Con esa pregunta terminaba hace un tiempo un artículo y -llamadme ególatra o bucle infinito- pero al releerla me he inspirado a mí misma. Que cosas. Me he puesto a pensarlo y a plantearme qué es eso de lo que hablamos cuando decimos madurez. Al final somos un conjunto de experiencias y conocimientos que, evidentemente, dan forma a nuestra manera de actuar, pensar y comportarnos. Pero, ¿es eso madurar? Al crecer se nos pide que amortigüemos nuestras emociones. No vemos mal que un niñx se ponga a dar saltos de la emoción cuando va a hacer algo que estaba deseando, sin embargo nos choca si lo vemos en una persona que entre en la categoría de ‘adulto’. Nos tragamos nuestras lágrimas, nos aguantamos la risa, pensamos antes de hablar y nos callamos cosas por el qué dirán. Pero que las controlemos no significa que no las sintamos, simplemente que tenemos nuevas estrategias que hacen que esas emociones sean adaptativas. Si que es verdad que cuando crecemos también lo hace -o debería- nuestra empatía y que dejamos de pensar que somos el centro del universo… pero la realidad es que en cierta forma lo somos. Tú vida sin ti no solo no tendría sentido, sino que no existiría. A veces jugamos a ser adultxs y a veces lo hacemos a ser niñxs. Pero lo realmente importante es eso: jugar. La cantidad de pensamientos como ‘a mi edad no debería’ o ‘ya se supone que no toca’ nos hacen entrar en contradicciones. Porque se supone que con treinta y pico no voy a hacer tal o Pascual pero un día me...

Ya no te quiero

Hoy, al salir del trabajo, he visto como un hombre sacaba de una sillita a una niña -deduzco que su nieta- y la dejaba con todo el mimo en el suelo. Pero luego, con el ceño fruncido le ha dicho «te has portado mal, ya no te quiero«. La pequeña no tendría ni 3 años y le miraba triste sin entender. Yo, con 34, también. Seguro que más de unx habéis escuchado esa expresión alguna vez, ¿verdad? Todxs sabemos que no se dice en serio, que no representa una realidad pero ¿nos damos cuenta de la crueldad que transmite? Al final, con ese «ya no te quiero«, lo que entiende la peque es que si no hace lo que le dicen, si no es obediente, puede perder el amor que recibe. Somos seres emocionales y necesitamos saber que un amor tan incondicional como ese no va a cambiar en función de como me comporte porque, si no es así, ¿qué es lo que tengo?. Inseguridad. Qué mensaje más doloroso, ¿no creéis? Un chantaje emocional en toda regla que, además, puede provocar muchas cositas en su futuro, en su vida de adulta. Y no, no estoy exagerando porque, por desgracia, me lo encuentro en terapia. Puede conseguir que se convierta en una persona que no se atreva a contradecir a las personas que quiere por miedo a que eso suponga una pérdida de afecto e, incluso, una persona que se cierre al amor por miedo a perderlo. Porque creces, conoces a alguien y decides diluirte, desdibujarte, para no desentonar, ceder para no discutir, asentir por ver a tu pareja discutir, excusarle para...

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