¿Qué pudo pasar?

Seguro que más de uno y de una os seguiréis preguntando que fue de aquella persona que visteis una vez y dejasteis escapar. Me da a mi que eso mismo les estará pasando hoy a dos personas bajo el cielo de Madrid… ¿Que de qué hablo? Os cuento…esta tarde estaba volviendo de Londres a Madrid y en el asiento de delante estaban sentados dos jóvenes. Él era inglés, ella era española y al momento los dos han empezado una conversación. Evidentemente no he escuchado lo que se decían pero no era necesario, la comunicación no verbal hablaba por si sola. Tenían un asiento vacío entre ellos y a medida que avanzaba el vuelo el espacio se iba reduciendo: historias, risas, coqueteo, seducción, miradas y una conversación que no ha acabado ni cuando el avión ha pisado tierra ya que él «disimuladamente» ha esperado que ella saliese. La imagen era de lo más bonita, he de decirlo, la química y la atracción era palpable y no he podido más que fijarme en ellos a la salida. No se si me llamaréis cotilla o romántica pero tenía que saber como quedaba la cosa. Andando por la terminal todo el mundo va como loco, con prisas, ganas de llegar a casa…pero ellos van relajados, a su ritmo, seguro que deseando que el avión no hubiese aterrizado nunca. Han llegado a la recogida de equipaje y ¡puff! no ha habido ¿valor? por ninguna de las dos partes. El deseo era claro pero parece que la vergüenza era más fuerte. Ella ha salido del aeropuerto y él se ha quedado con cara de desolación...

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