por MartaGPeris | Jun 3, 2018 | escritos
Con esa pregunta terminaba hace un tiempo un artículo y -llamadme ególatra o bucle infinito- pero al releerla me he inspirado a mí misma. Que cosas. Me he puesto a pensarlo y a plantearme qué es eso de lo que hablamos cuando decimos madurez. Al final somos un conjunto de experiencias y conocimientos que, evidentemente, dan forma a nuestra manera de actuar, pensar y comportarnos. Pero, ¿es eso madurar? Al crecer se nos pide que amortigüemos nuestras emociones. No vemos mal que un niñx se ponga a dar saltos de la emoción cuando va a hacer algo que estaba deseando, sin embargo nos choca si lo vemos en una persona que entre en la categoría de ‘adulto’. Nos tragamos nuestras lágrimas, nos aguantamos la risa, pensamos antes de hablar y nos callamos cosas por el qué dirán. Pero que las controlemos no significa que no las sintamos, simplemente que tenemos nuevas estrategias que hacen que esas emociones sean adaptativas. Si que es verdad que cuando crecemos también lo hace -o debería- nuestra empatía y que dejamos de pensar que somos el centro del universo… pero la realidad es que en cierta forma lo somos. Tú vida sin ti no solo no tendría sentido, sino que no existiría. A veces jugamos a ser adultxs y a veces lo hacemos a ser niñxs. Pero lo realmente importante es eso: jugar. La cantidad de pensamientos como ‘a mi edad no debería’ o ‘ya se supone que no toca’ nos hacen entrar en contradicciones. Porque se supone que con treinta y pico no voy a hacer tal o Pascual pero un día me...