por MartaGPeris | Abr 20, 2016 | escritos
Vivimos la semana trabajando y dejamos los fines de semana para el descanso y la diversión que es lo habitual y, si siempre se ha hecho así, ¿quienes somos nosotros para cambiarlo? Tendemos a vivir temiendo a los lunes y deseando que llegue el viernes sin darnos cuenta de que, de esta manera estamos realmente viviendo tan sólo 2 días a la semana… ¿estamos locxs? ¿en serio vamos a desperdiciar tantos días? No, no, no y no. A ver, que claro que hay que trabajar y, evidentemente, esto nos va a quitar tiempo del día pero podemos mejorar 2 cosas: – La actitud con la que vamos al trabajo. Suena el despertador y querrías mandarlo haciendo un doble tirabuzón hasta Finlandia pero en cambio te levantas, gruñes, tienes sueño, no quieres ir a trabajar y, si no fuera porque no tienes 5 años, te tirarías al suelo y tendrías una pataleta. Lo se, lo se… ea ea eaaaaa. Pero ¿y si vemos el lado positivo? ¿y si pensamos en lo que ese trabajo nos va a aportar? y, ya puestos, ¿si sonreímos un ratillo por ello? Igual, hasta nos cruzamos con otro «zombie currante» por la calle al que nuestra sonrisa le despierta y eso está fenomenal, ¿verdad? – «El tiempo» de trabajo no se tiene que convertir en «el día» de trabajo. Entiendo que hay semanas que por A o por B el trabajo nos acompaña a casa, entiendo también que a veces hay que «contestar a ese e-mail» o «hacer esa llamada» -¡maldita-bendita tecnología!- pero, por lo demás, tenemos que aprender a desconectar. Dejad el trabajo de lado en un punto determinado del...