Ilustración de Javitxuela
Hay veces que escribo e intento enseñar algo, explicarlo como si estuviésemos aquí juntxs hablando de ello compartiendo un café, té o cervecita.
Hay veces que escribo y escribo, sin rumbo, persiguiendo una idea e intentando que ésta no se pierda entre los dedos y el teclado.
Hay veces que escribo sólo por saber tu opinión, tu respuesta, tu reacción.
Hay veces que escribo y me emociono, me dejo llevar, recuerdo momentos, personas, sucesos.
Esto último me ha pasado hoy escribiendo un artículo que un día leeréis y no porque sea ñoño, no porque sea el artículo en sí muy emotivo, sencillamente porque hay temas que calan, que te tocan.
Pensando en ello me he dado cuenta de como cohibimos a veces nuestras emociones, como sentimos culpa o vergüenza por sentirlas, como hay ocasiones en las que nos emocionamos y lloramos y no ha pasado ni un misero segundo cuando ya nos estamos «disculpando» ante las personas que tenemos alrededor. «Perdona, es que me he emocionado…»
¿Perdona? ¿por qué? ¿qué nos pasa a veces? ¿qué nos han metido en la cabeza? ¿que las emociones nos hacen débiles? ¿que llorar no es de valientes? Lo siento, pero no estoy de acuerdo. Si hay algo que nos hacen las emociones es, ni más ni menos, demostrar que somos seres humanos. Personas que sienten, que les importa, que se involucran, que quieren, que aman, que sufren, que añoran, que se apasionan, que disfrutan, en definitiva, que viven.
Así que no pidas perdón por tus lágrimas al igual que no lo haces por tu risa.
Dejemos de clasificar las emociones en buenas o en malas, paremos de estigmatizar algunas de ellas porque todas -absolutamente TODAS- tenemos derecho a sentirlas, a manifestarlas, a vivirlas. Sin prejuicios, sin culpa, sin sentimientos de culpa.
Emocionarse o morir.
Etiquetas: dejarse llevar, emociones, escribir
me encanta!!!
gracias! 🙂